En el imaginario de la ciudadanía -sin generalizar- los artistas sin sinónimos de locos y las salas de exposición de aburrimiento, de templos donde no se puede hablar duro y nada se puede tocar. Esta concepción debe cambiar y para ello gestores, artistas y espectadores, deben vivir el arte como una experiencia.

Así, el ideal es que las experiencias estéticas se den con un público sensible y que se libere de las limitaciones que surgen cuando de entrar a una exposición se trata.

De otro lado, los museos y los artistas deben abrirse a la gente para que llegue el día en que todo el mundo hable de arte, como se hace de fútbol o de música.

Los planteamientos dados por la pedagoga Florencia Mora, quien estuvo esta semana en Cúcuta invitada por el grupo Salvador Moreno y la Secretaría de Cultura de Norte de Santander, tienen una oportunidad de hacerse realidad en un contexto como el de la frontera.

Florencia, licenciada en ciencias sociales y con formación de posgrado en filosofía y en estética, argumentó que Cúcuta al estar situada en un lugar estratégico y con el influjo de una cultura binacional, tiene un ambiente propicio para generar arte que consulte la historia de Colombia y de Venezuela, de lo que representa para Norte de Santander haberse constituido como cultura a través de los años.

Formación de públicos

Una de las estrategias planteadas por Florencia en Cúcuta para generar dinamismo es que los museos planeen con el apoyo de los artistas programas pedagógicos que tengan continuidad.

“Cuando se generan campañas con el público desde los colegios, universidades y medios de comunicación; cuando las instituciones sean abiertas y los artistas se asuman como mediadores, se promoverá el arte como un lenguaje no ajeno a la gente”.

Para la académica el arte es la posibilidad del individuo de imaginar mundos, de soñar mundos posibles. “Cuando se sueña se es feliz y el artista es un soñador que comparte un sueño con el público y lo presenta de otra manera para que lo descubra el público”.

Otra de las estrategias es habilitar alterno a las exposiciones, salas pedagógicas para que los artistas se relacionen con el público. Esto se hace en países como Uruguay, Brasil y Cuba, con excelentes resultados.

Además de ello, en estos países se ha entendido el concepto de facilitar las experiencias estéticas en el público y los artistas están generando obras que permiten interactuar con ellas y así rompen ‘el hielo’.

Experiencia en Cúcuta

Del taller dictado en la capital de Norte de Santander, Florencia Mora dijo que trabajó con cerca de 40 artistas en temas como estética, vista desde lo cultural.

“Hablamos de la posibilidad de poner a dialogar el objeto con la acción y en ese sentido se recalcó la importancia de ser un artista mediador, no de guías o mediadores de lo estético, sino de establecer una relación con el público”. 

De esa forma se espera cambiar la concepción de que de arte no todos pueden hablar, la cual va en contravía de la historia de la humanidad. “El arte es consustancial al humano porque tiene imaginación y puede desarrollar un pensamiento artístico”.