Más de 20 artistas, colectivos, activistas y pensadores invitados de Alemania, Argentina, Brasil, México, Cuba y Perú, están en Colombia ejecutando acciones artísticas, laboratorios, conferencias y proyecciones.

Se trata del encuentro de experiencias, acciones y prácticas artísticas ‘Carretera al mar’, una iniciativa del Goethe-Institut con el apoyo del Museo La Tertulia de Cali, siendo el cierre de ‘El Futuro de la Memoria: poéticas de memoria y olvido en América del Sur’, que desde 2017 ha promovido un espacio alternativo para reflexionar sobre la idea de memoria a través de propuestas artísticas desde diferentes ciudades.

Bogotá, São Paulo, Río de Janeiro, Lima, Montevideo, Santiago de Chile, Buenos Aires y ahora, en su última edición, Cali y Buenaventura, han hecho parte de la iniciativa.

‘Carretera al mar’ habla del lazo que ha determinado la intrincada relación entre Cali y Buenaventura buscando exponer, de manera crítica y desde un abordaje poético-político, las contradicciones entre colonización y modernización que han marcado su historia.

Esta propuesta traza un recorrido simbólico entre las dos ciudades en el que participarán artistas, investigadores, líderes sociales y colectivos como: Aurora Vergara, Francia Márquez, Nidia Góngora, Puerto Creativo, Noís Radio, Miguel Tejada, Fabio Melecio Palacios, Mauricio Prieto y Víctor González Urrutia. 

Ellos interactuarán con invitados de otras regiones del país, como Liliana Angulo, el colectivo CaldodeCultivo y de otros países, como Carlos Martiel de Cuba y Lucrecia Martel de Argentina.

Sobre la memoria

Impulsado por el Goethe-Institut de Alemania, ‘El futuro de la memoria’ nació con la idea de ser un diálogo regional, transdisciplinario y continuo que busca reconocer y generar otros formatos y modalidades artísticas claves en el debate sobre la memoria y el olvido en la región.

En São Paulo fueron invitados tres movimientos sociales a escoger un ritual y, a partir de éste, proponer una contra-memoria. 

En Río de Janeiro se abordó la memoria territorial y las luchas sociales de una comunidad obligada a desaparecer por los movimientos de la especulación inmobiliaria. Montevideo confrontó lo analógico y digital en un trabajo creativo y colectivo que busca actualizar el pasado relacionando canciones infantiles de hoy con las de hace 50 años.