Un total de 174 indígenas de la etnia Yukpa, que se encuentran en aislamiento preventivo en El Escobal, recibieron filtros de potabilización de agua.

A los líderes de la comunidad se les capacitó en el uso del filtro y los hábitos de higiene para detener la propagación de la COVID-19, como el empleo de agua potable y jabón al lavarse las manos.

En medio de la pandemia, la carencia de agua limpia y segura es uno de los factores que más afecta a los yukpa debido a que la falta de acceso a ella los hace más vulnerables al contagio. 

La Organización Internacional sin Fines de Lucro Wine to Water, con la ayuda de la oenegé Samaritan’s Purse, fue la encargada de suministrar estos equipos.

“Enviamos 200 filtros para favorecer a las comunidades que se encuentran en zona fronteriza, como es el caso de los indígenas yupka que habitan el sector El Escobal y tienen casos de contagio por la COVID-19. Con ellos procedimos a entregarles los filtros de agua y a capacitar a sus líderes”, aseguró Jhonny Nieto, Director de Wine to Water Latinoamérica, en un comunicado.

La imposibilidad de acceder a agua apta para el consumo humano es uno de los mayores retos que enfrentan las comunidades que habitan en esta zona fronteriza de Norte de Santander y con la presencia del virus, la situación se ha agudizado.

Así lo arroja los resultados de la Encuesta Nacional de Impacto Covid-19 en Venezuela, liderada por el despacho de la presidencia de Venezuela y la Comisión de Expertos de la Salud para hacer frente al Coronavirus, en la cual se evidencia que solo el 5,9% de la población cuenta con abastecimiento de agua potable; el 7,6% carece de acceso a ella por más de siete días y el 76,1% cuenta con suministro inconstante de agua no apta para el consumo humano.

Wine to Water es una organización sin ánimo de lucro que ha puesto en marcha 77 proyectos de filtros de agua, reparación y construcción de pozos, capacitación en higiene personal, colectiva y saneamiento como parte de su programa de educación WaSH, a lo largo y ancho del país, impactando a 73 comunidades ubicadas en la frontera del Amazonas que comprende a Colombia, Perú y Brasil, además de trabajar en otros sectores como Chocó, Santander, Boyacá y Cauca, beneficiando a un total de 34.120 personas.