Cuando los vecinos de San Mateo escucharon el estruendo de las paredes de la vieja y abandonada casa vecina al caer, sintieron un alivio inmenso.

Llevaban años pidiendo que demolieran las ruinas, porque se habían convertido en el escondrijo de delincuentes. 

Finalmente, lograron su propósito y hoy piden lograr que el dueño mantenga limpio el espacio.

Este año, la Alcaldía ha tumbado 13 casas en El Porvenir, San Luis, La Cabrera, San Mateo y Magdalena.

Oscar Gerardino, secretario de Gobierno, dijo que su despacho recibe al menos una queja semanal.

El proceso

Según explicó, el proceso tras recibir la queja es ir a inspeccionar el lugar con funcionarios de Planeación y Gestión del Riesgo, con el fin de evaluar el predio reportado y establecer quienes son los dueños; posteriormente, la inspección de Policía se encarga de citarlos.

Gerardino dijo que solo en 50 por ciento de los casos se logra establecer contacto directo con los dueños. Señaló que la razón del abandono son problemas de sucesión: las partes no se ponen de acuerdo y prefieren abandonarlas.

Por eso, tras hacer la gestión de contactar a los propietarios, se dicta una resolución para que el municipio demuela la construcción y devuelva la tranquilidad a los vecinos; en todos los casos, estos sitios se han convertido en peligro para la comunidad.

La Alcaldía dijo que a la par con la demolición,  se hace un compromiso con la Policía para que ejecute en estos sitios planes especiales de vigilancia, con el fin contrarrestar actividades delictivas como tráfico y consumo de sicotrópicos, hurtos y homicidios.

Aseguró que tiene como propósito acabar con todos estos espacios abandonos, y dijo que casos de casas abandonadas se presentan en casi todos los sectores sociales.

El barrio donde más demoliciones han hecho es Magdalena.

Allí, tumbaron seis casas seguidas, que son de una misma persona, pero que afronta problemad de herencia.

De los barrios San Mateo, La Cabrera, El Contento y San Rafael también se reciben muchas solicitudes, pues con frecuencia abandonan casas sin que se sepa después de sus propietarios.