La torre 28 de Cormoranes sigue sola. Sin una máquina y sin nadie haciendo los trabajos de reforzamiento que requiere la infraestructura. 

Son casi tres meses desocupada. Las familias que están viviendo arrendadas a través de un dinero que desembolsó la Unión Temporal Cormoranes están preocupadas por los tiempos. 

Luzdary Gómez, propietaria del apartamento 204, dijo estar angustiada porque los contratos de arriendos se vencen en seis meses. “Los dueños de los apartamentos queremos una reunión con los representantes de la constructora para que nos informen qué pasa, por qué no empiezan las obras”, dijo.

La curaduría urbana número 1 de Cúcuta está revisando la última documentación entregada por la constructora, entre los que estaban los prediales de los 20 apartamentos de la torre, para otorgar la licencia.

La curadora, Martha Nieto, explicó que están cumpliendo con lo establecido y dentro de los plazos, de acuerdo a la fecha de entrega de la documentación por parte de la empresa constructora.

El presidente de la junta de acción comunal, José Ordoñez López, también pidió al constructor la colocación de la señalización y que delimite el terreno donde se va trabajar para que nadie tenga acceso al espacio, aún cuando no empezaran obras.

“Hacemos un llamado a la secretaría de Gestión de Riesgo para que pongan el ojo acá en la torre 28, porque los niños juegan por los alrededores y es un peligro”, dijo.

Estos trabajos, que corresponden a la segunda etapa del proceso de reforzamiento estructural de la torre 28, consisten en la construcción de 36 pilotes en el perímetro de la estructura, la construcción de anillos con vigas perimetrales de cada nivel, y otras obras.