En los cien días que van del gobierno de César Rojas no se conoce un plan para tapar los agujeros que están abiertos en céntricas vías de la ciudad y que representan un atentado a la vida, en especial para los conductores.

Aunque la malla vial está llena de huecos por donde se transite, unos 20 sitios demandan especial atención de la Alcaldía para que se ponga freno a los accidentes y daños que a diario se ocasionan a conductores y vehículos.

Están regados por avenidas principales y calles de alto tráfico vehicular, y por ello el peligro que ofrecen para el que caiga en los cráteres (ver infografía).

En la calle 11 con avenida  Los Libertadores, en el barrio La Riviera, está ubicado el rey de estos huecos. Pasa desapercibido, pero quienes han caído en él dan testimonio que es como una especie de mina cazacarros de la cual solo se sale en grúa.

Andrés Peña, uno de los afectados, aseguró que la llanta delantera de su carro estalló al pisarlo y el eje se quebró, motivo por el cual formuló una demanda contra la alcaldía por los daños.

En el paso de la Universidad Francisco de Paula Santander, en la avenida Gran Colombia, casi metros antes de meterse en la glorieta Arnulfo Briceño, está ubicado otra de las amenazas viales. En este sitio el mayor riesgo recae para los motociclistas, dado que se encuentra en la orilla del sardinel, por donde circulan los motorizados.

“Moto que caiga en ese hueco, moto que estalla su llanta, ya que es profundo”, dijo Hernando Rueda, vecino del barrio Colsag.

Igual sucede con los huecos que hay en la avenida 6 con calle 6, el de la calle 10 con calle 11 en Torcoroma y el de la glorieta de Cenabastos, los cuales están en tres de las vías más transitadas de la ciudad, como quiera que comunican con el centro y la central de abastos de la ciudad.

En los dos huecos que están seguidos el uno del otro en el Canal Bogotá con calles 1 y 2  caen en promedio diario entre 10 y 15 conductores, aunque por fortuna a escasos metros funcionan talleres de mecánica automotriz que prestan asistencia a los afectados al instante.

Frente al colegio Domingo Savio, en La Riviera, el hueco que se abrió en toda la mitad de la vía alcanza los 20 centímetros de profundidad por un metro de diámetro.

“Es un verdadero hueco suicida que atenta contra la vida de las personas y, por supuesto, con los carros y motos”, dijo Alexander Mora, vecino del lugar.

Dijo que a la alcaldía se ha pedido con insistencia que lo tapen para que no ocasione más daños, pero la respuesta es negativa.

El ingeniero civil, Alejandro Aparicio, explicó que tapar los 20 huecos se puede hacer con asfalto frío o caliente, al menos temporal hasta que se ofrezca una solución definitiva al mal estado de las vías, y con ello se evita el riesgo para los conductores.

La administración de Rojas la única solución que anunció para eliminar el riesgo para los conductores es el programa comunidad-gobierno, pero el mismo entraría en acción el próximo mes, según informó el secretario de Infraestructura, Jonny Pascual Contreras.

*La Opinión