Las calles de Cúcuta siguen siendo un inmenso hueco, una grieta y un hundimiento, repartidos por toda la ciudad. Esta enfermedad afecta el pavimento, como consecuencia de de factores que pueden ser controlables, según explican los expertos en pavimentos.

A principio de año, a través de la secretaría de Infraestructura municipal, se invirtieron 2.000 millones de pesos en un plan de bacheo que fue insuficiente. Dicho no solamente por los conductores que caen a diario en los enormes cráteres, sino también por los mismos representantes del municipio.

“En el 2018 ese plan de bacheo que estaba alrededor de los 2.000 millones de pesos, debo aclara que estos recursos para el mal estado en el que está la ciudad no alcanzaron”, dijo Yonny Pascual Contreras, secretario de Infraestructura.

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Con estos recursos se lograron atender 2.000 puntos críticos, pero los 50 años de vida útil que tienen las carreteras en Cúcuta empezaron a pasar factura. Y aunque Contreras argumenta que este deterioro se debe a estas cinco décadas de uso, así como al incremento del parque automotor en la ciudad, los especialistas le suman otras causas.

Adicionalmente, el municipio está buscando 2.000 millones de pesos más para en el 2019 tener otro contrato de reparcheo y atender 2.000 áreas.

Andrea Cacique, docente de la Universidad Francisco de Paula Santander (Ufps) en el área de pavimentos, explicó que Cúcuta no cuenta con una estrategia de cómo y dónde colocar los presupuestos dirigidos para tratar el problema, es decir, no existe una herramienta con la cual se pueda dar prioridad a una vía sobre otra. “No hay una base de datos de cómo está la totalidad de la malla vial en la ciudad”, dijo. 

Además, adicionó que al momento de construir el pavimento o hacer su rehabilitación no se le exige al contratista un programa de mantenimiento para la obra.

Cacique enfatizó que se desconoce si exigen unos parámetros para la entrega de la vía, una vez concluida. 

“Se debe verificar que la estructura este cumpliendo con las condiciones de diseño que se hayan hecho. ¿Qué quiere decir eso? Que cada una de las capas que tiene el pavimento cumpla con la estructura, es decir, con la resistencia que deba tener de acuerdo al tránsito”, detalló.

La especialista aseguró que en el caso de Cúcuta no hay un dato exacto de lo que se debe exigir a los contratistas. Enfatizó la necesidad de tener unos parámetros establecidos al momento de hacer la entrega de la vía. 

Mantenimientos

Los mantenimientos de las vías deben ser rutinarios, como indica el secretario de Infraestructura. “Con esta primera experiencia (de bacheo) logramos recuperar varios sectores viales, pero debo resaltar y recalcar que nuestra malla vial ya no resiste más, porque esos mantenimientos deben hacerse rutinariamente”, dijo. 

Una fisura que aparece hoy y no reparada al instante, al cabo de un año cuando se quiera reparar ya la inversión inicial se ha perdido, “porque a la hora de intervenirla toca reconstruirla, y esos costos van a subir”, dijo la experta.

Para los planes de mantenimientos deben considerar los tipos de pavimentos: pavimentos rígidos de concreto y los pavimentos flexibles con asfalto.

El primero de ellos, explica la experta, se comporta mejor al momento de distribuir las cargas, y está diseñado para unos 15 años; sin embargo, el segundo –que es de uso más común en la ciudad- debe “tener un mantenimiento más juicioso en toda su vida útil, ya casi que a los dos años debe hacérsele algo por el tema de las fisuras”. 

Otro problema que se halla en la enfermedad de las calles de Cúcuta es la carencia de un sistema de drenajes.

La profesora de la Ufps explica que cuando existe un hueco y llueve esas aguas van a parar debajo de las capas asfálticas debilitándolas aún más, y volviéndolas más sensibles al peso de soporte.

“Cada calle debe tener su alcantarilla para que recoja las aguas y de allí vayan a descargar a los sitios indicados”, dijo.

¿Por qué invertir tanto?

La pregunta que se hacen los cucuteños es ¿por qué invertir tanto? en lo poco que se necesita. Por ejemplo, en el realineamiento de la avenida Gran Colombia se van a disponer de 13.499 millones de pesos. Para muchos, con solo la mitad de estos dineros bastaría para cumplir con lo que dice el contrato.

El trazado del proyecto abarca la avenida Gran Colombia desde el centro comercial Ventura Plaza, en la diagonal Santander, hasta la glorieta Arnulfo Briceño, en la avenida Los Libertadores. Contempla la construcción de 1.5 kilómetros de ciclorruta por carril, mobiliario, canalización de redes de servicios, andenes nuevos, baldosas en las áreas de cebras, y pavimentación en asfalto de cerca de 2 kilómetros de vía.

El cuestionamiento de los conductores surge ante la urgente necesidad de tener calles en mejores condiciones. Muy cerca de la Gran Colombia están los vecinos del barrio Colsag, donde se ubican algunas de las peores vías de la ciudad. “Nosotros pagamos altos impuestos y las calles cada día están peor”, dijo Jairo Gutiérrez, vecino.