La posibilidad de que el relleno sanitario Guayabal, de Cúcuta, reciba las basuras de Bucaramanga y de 15 municipios más de Santander, sigue levantando voces de rechazo entre voceros locales de la capital nortesantandereana.

Esta vez, la preocupación por este tema surgió desde varios integrantes del Concejo, quienes se oponen a un posible traslado de esos desechos a la zona de disposición final de residuos sólidos, que se encuentra en el corregimiento de Buena Esperanza.

Esta idea se empezó a barajar desde hace más de ocho días, cuando la Superintendencia de Servicio Públicos y la Gobernación de Santander advirtieron sobre el inminente cierre del Carrasco, el basurero en la región vecina.

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Si bien el alcalde de Cúcuta, Jairo Yáñez, dijo que este material puede significar una oportunidad de empleo y desarrollo económico, la mayoría de los concejales se ubicaron en una orilla contraria y aseguraron que la disposición final de estos residuos puede traer perjuicios para la ciudad.

“Necesitamos estar atentos para ver que si en caso de que el cierre se oficialice, Cúcuta no sea el destino donde aterricen esas basuras de Santander. Voy a radicar una carta en la Personería y una carta ante el alcalde para sentar una voz de protesta y alertar a las fuerzas vivas de la ciudad contra esta situación”, dijo el concejal Edinson Contreras.

En el mismo sentido se pronunció Jair Díaz, cabildante del partido Alianza Verde. Él afirmó que las directivas del aeropuerto Camilo Daza están preocupadas por la proliferación de gallinazos, que podría ocasionar el envío y el procesamiento de este cargamento.

“Si esto llegara a ser cierto, alrededor de 30 o 40 gandolas diarias pasarían cerca de la terminal aérea. La administración de César Rojas se opuso y decía que esto representa una contaminación muy grande para la región. También para la Aeronáutica Civil es una problemática, porque para nadie es un secreto que ha crecido la proliferación de gallinazos que dificultan la operaciones aéreas de la ciudad”, indicó el servidor público.

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Otro corporado que protestó fue Carlos García Alicastro, del partido Cambio Radical, quien  se declaró a  la expectativa de lo que determinen las autoridades de Santander y del orden nacional para definir si el traslado se va a hacer hacia Cúcuta y sentar una posición frente a esta determinación.

“Estamos a la espera de que se resuelva este asunto de fondo para tomar algún tipo de recurso legal (...) Mi invitación es para que trabajemos unidos con la administración municipal para que este hecho no sea permitido”, indicó García Alicastro.

Corponor, en contra

La Corporación Autónoma Regional de la Frontera Nororiental también fijó una posición por la misma línea planteada en las intervenciones de estos concejales.

Su director, Gregorio Angarita Lamk, fue enfático en advertir que la entidad no permitirá ni el tránsito ni la disposición final de los residuos sólidos provenientes de Santander.

“El relleno de Guayabal tiene un plan de manejo para recibir las basuras de Cúcuta y 19 municipios de Norte de Santander. Esa posición es clara y la ratificamos. Queremos dar tranquilidad a la comunidad”, puntualizó el funcionario.