El año 2020 en el mundo, inició con miles de expectativas para diferentes sectores económicos, políticos, ambientales y sociales, que, como de costumbre, ya tenían fijado un panorama y un plan a largo plazo para cumplir con sus objetivos. 

Planes que, para Colombia, quedaron suspendidos desde el pasado 6 de marzo cuando el Ministerio de Salud informó sobre el primer caso de COVID-19 en el país, la pandemia del siglo XXI que, hasta el momento, ha dejado más de 940 mil muertos en el planeta. 

Cúcuta, por su parte, completó este martes los seis meses desde que se reportó el primer caso de coronavirus en la ciudad, luego de los análisis practicados por el Instituto Nacional de Salud a una mujer de 47 años, quien luego de llegar de un viaje de Asturias (España), presentó los síntomas asociados al virus. 

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Según los datos presentados por las autoridades sanitarias del departamento, la mujer habría llegado al país el 9 de marzo, y entró en aislamiento supervisado desde su casa, desde el 12 de marzo, ya que presentaba síntomas como fiebre, tos y dolores musculares. 

De acuerdo con la situación, nueve miembros del núcleo familiar debieron aislarse inmediatamente, pues tuvieron contacto con la mujer, quien solicitó la atención médica desde su hogar y, afortunadamente, superó la crisis mediante un estado de salud estable. 

Desde ese momento, la Secretaría de Salud de Cúcuta, en conjunto con el Instituto Departamental de Salud (IDS), activaron el grupo de respuesta inmediata, para supervisar y controlar el comportamiento del virus en el departamento e inmediatamente aplicar los protocolos de atención médica para esta paciente. 

La Opinión consultó con un  familiar de la mujer contagiada con coronavirus en la ciudad, quien actualmente reside en Asturias-España, quien aseguró que, aunque  la recuperación fue rápida, quedaron secuelas de la enfermedad. 

“Aquí en España los casos están repuntando y en estos días empiezan el colegio los niños, lo que se convierte en un dilema”, aseguró uno de los familiares, pero que prefirió la reserva de su identidad.

Ante la existencia de una posible vacuna para prevenir la enfermedad, indicaron que por ahora no se la pondrían. 

“Una vacuna lo normal es de dos a cuatro o cinco años y está en unos meses. Ya están probando y afirmando que es efectiva, pero yo no la pondría. Toca la ley del más duro  y convivir con esto”, señaló el familiar. 

Medidas dispuestas por las autoridades

Una vez reportado el primer caso en Cúcuta, las autoridades empezaron a fortalecer las medidas para lograr mantener un control sobre la velocidad en la que se estaba desarrollando el contagio en la capital nortesantandereana. 

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Como primera medida,  desde el Gobierno Nacional se decretó a inicios del mes de marzo que las reuniones con más de 200 personas estaban prohibidas, por lo que muchas actividades, tales como conciertos tuvieron que ser cancelados y los aforos en los centros comerciales controlados.

Sin embargo, el número de contagios seguía creciendo y por decreto nacional,  todo el país entró en cuarentena desde el miércoles 25 de marzo. Pero, en Cúcuta y en diferentes ciudades del país, la medida se adelantó por un simulacro vital, en el que se pretendía que las personas se familiarizaran con el aislamiento social. 

Desde ese miércoles de marzo, los cucuteños iniciaron el confinamiento, que con incertidumbre aceptaban cada 15 días cuando por decreto nacional, departamental y municipal, se extendía para lograr aplanar una curva de contagios que , a la fecha no se ha logrado.

Medidas como toques de queda, pico y cédula para circular por la ciudad, pico y placa estricto, circulación de una persona por vehículo particular, transporte público a media capacidad, cierre de transporte intermunicipal y aérea e implementación de cercos epidemiológicos, hicieron parte de las acciones restrictivas que fueron aplicadas a la ciudadanía hasta el 31 de agosto.

Capacidad hospitalaria 

Cúcuta y en general el departamento, antes de la pandemia no contaba con una buena capacidad hospitalaria que le permitiera manejar de forma eficiente la pandemia. 

Según dio a conocer el Instituto Departamental de Salud (IDS), en Norte de Santander, al 21 de marzo de este año había 169 camas para la atención de pacientes en Unidades de Cuidados Intensivos (UCI), sea por coronavirus o cualquier otra enfermedad de gravedad.

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De esta capacidad, solo el 90 por ciento de estas camas estaban disponibles a esa fecha, por lo que las autoridades de salud trabajaron de tiempo completo para habilitar más espacios que permitieran atender a los pacientes que requerían ser aislados en centros hospitalarios por la COVID-19, pues las camas existentes en UCI eran limitadas.

Dada esta situación, la pandemia obligó que tanto autoridades municipales, departamentales y nacionales, destinaran recursos para ampliar esta capacidad.

A pesar de este esfuerzo, a inicios de julio,  el departamento se declaró en alerta naranja, pues la instalación de carpas en el Hospital Universitario Erasmo Meoz, no resultaba suficiente para atender a los pacientes por coronavirus.

Así las cosas, a finales de julio, se declaró alerta roja. Esto llevó al endurecimiento de las medidas restrictivas y a que el Gobierno Nacional destinara más insumos médicos, entre ellos respiradores artificiales que ayudaran a controlar la pandemia. 

A la fecha, según el último reporte dado por el IDS, el departamento cuenta con 318 camas UCI, lo que significa que, desde el inicio de la pandemia, la capacidad en Unidades de Cuidados Intensivos se duplicó. 

Cercos epidemiológicos y comunas más afectadas 

La Alcaldía de Cúcuta, en coordinación con las secretarías de Salud, Desarrollo Social, Gobierno y Gestión de Riesgo y Desastres, han implementado diferentes estrategias a lo largo de estos 6 meses, con el objetivo de mitigar la propagación del COVID-19. 

Aunque algunas acciones han sido efectivas, los cucuteños manifiestan a través de distintas formas, que a la administración municipal, el manejo de la pandemia le ha quedado grande. 

De acuerdo con las cifras entregadas por el Ministerio de Salud, desde el 15 de marzo  fecha en la que se identificó el primer caso, a corte del 14 de septiembre de 2020, Cúcuta ya registra 9.402 casos. 

Aunque es una cifra bastante alta, la Secretaría de Salud reportó que, el número de recuperados en Cúcuta va en aumento. 

Son 7.802 casos recuperados de los 9.402 confirmados, destacando que, de los 1.026 casos que permanecen activos en la ciudad, 515 se encuentran en casa y 443 en hospitalización.

Las autoridades locales de salud, han llevado a cabo cercos epidemiológicos por los barrios y comunas más afectadas de la ciudad, una problemática que parece no tener fin, pues la desobediencia social es la protagonista. 

Las comunas 4 y 6, son las que más casos de coronavirus presentan. Los barrios García Herreros, Aeropuerto, Prados del Este, San Luis, Motilones y  Comuneros ya fueron cercados, para efectuar los cercos epidemiológicos, pero continúan en la lista de los barrios más desobedientes. Los protocolos sanitarios se siguen violando.