La advertencia que les hizo el lunes el alcalde Donamaris Ramírez Lobo a los vendedores ambulantes que acostumbran a ejercer su oficio en calles y andenes del centro, no sonó a ultimátum sino a sentencia: “el que no quiera acatar las disposiciones, mejor que se vaya a violar la ley a otra ciudad”.

La consigna no tiene excepciones, dijo el gobernante, por cuanto la administración municipal les ha puesto, con suficiente antelación, todas las alternativas a los trabajadores informales para que continúen ejerciendo su trabajo en condiciones dignas.

La semana pasada, el secretario de gobierno, David Castillo, les había advertido a los vendedores de perecederos que tenían que trasladarse a la Nueva Sexta de Cebanastos, donde la Alcaldía y la gerencia de ese centro de acopio les ofrecen 112 locales con la opción de que se conviertan, “además de trabajadores formales, en propietarios”.

El lunes, tras los operativos que llevó a cabo desde las 5:00 de la mañana el Escuadrón del Espacio Público en el centro de la ciudad, Ramírez Lobo les volvió a recordar a los vendedores ambulantes las cuatro alternativas que tienen para abandonar las calles y los andenes: los centros comerciales Las Mercedes y Oití, el Triángulo de la Quinta y Cenabastos, donde en total se tienen disponibles 800 locales.

“Así que si no quiere sentirse más perseguido por la policía ni perder la mercancía, elija, de lo contrario tendrá que irse de Cúcuta a violar la las normas de espacio público y de tránsito”, les advirtió el alcalde Ramírez Lobo a los vendedores informales.

VER PARA CREER

Comerciantes formales del centro de Cúcuta se mostraron escépticos del anuncio del alcalde Ramírez Lobo, al señalar que esta promesa ya se la han escuchado decir en varias oportunidades. “Habrá que ver para creer”, dijo María García, propietaria de un almacén de zapatos.

“Dónde están las garantías”

Voceros del gremio de vendedores informales de verduras, carne y pescado le dijeron ayer a La Opinión que mientras no se obligue a las empresas de buses a llevar rutas a Cenabastos, cualquier amenaza o advertencia que les haga el alcalde será en vano, “porque nosotros no nos vamos a dejar morir de hambre”.

Este compromiso quedó pactado la semana pasada en el encuentro que sostuvieron vendedores de perecederos, gerencia de Cenabastos y el secretario de Gobierno, David Castillo, sin embargo, La Opinión corroboró ayer que solo Transtonchalá y Transguasimales están mandando una que otra lechuza.