Los jóvenes deciden estudiar criminalística, para ser investigadores judiciales, pero podrían perder el tiempo.
Publicidad engañosa en institutos de educación no formal de Cúcuta
Si usted es de quienes durante año y medio estudian criminalística en un centro educativo para el trabajo y desarrollo humano (educación no formal), pues cree que con ese curso tiene asegurada una vida como técnico investigador judicial en una entidad del Estado, además de equivocado podría perder tiempo y dinero.
En Cúcuta, unos ocho institutos ofrecen este tipo de educación técnico laboral, con miras a que aprendan a interrogar, hacer polígono, manejar escenas de crimen, balística, planimetría judicial y hasta formatos de Policía Judicial.
Sin embargo, lo aprendido en estos centros no es reconocido por la fuerza pública: Policía, Fiscalía, Inpec, entre otras entidades.
Según la secretaría de Educación municipal, 126 jóvenes se matricularon este año en estos institutos, para estudiar hasta 10 horas semanales, con la ilusión de pertenecer a un organismo judicial.
Este servicio educativo no es avalado por el Ministerio de Educación, sino por las secretarías de Educación de los entes territoriales bajo resoluciones.
Es decir que quienes estudian allí reciben certificados de aptitud ocupacional, pero no un título académico.
Se conoció que los egresados reciben un documento que los certifica como técnicos laborales y no técnicos profesionales, “una diferencia muy grande”, dijo Calixto Rodríguez, funcionario de la secretaría de Educación de Cúcuta.
Rodríguez aseguró que “la mayoría de los egresados se preparan para laborar en instituciones que prestan el servicio de vigilancia o empresas de seguridad”.
Agregó que también se preparan para ingresar a las carreras en la Policía Nacional, Inpec, la Armada Nacional y otros, pero su estudio “no es homologable en la academia”.
La Opinión visitó algunos centros para conocer qué dicen los jóvenes sobre esta educación y la mayoría consideró que con ese curso van a tener mayor probabilidad de un cargo en la Policía Judicial, en sus especialidades de inteligencia Sijin o Sipol.
Los jóvenes suelen ir a los sitios usando botas militares, pantalones camuflados y otras prendas tipo castrense, al parecer, desconociendo que en su campo solo necesitan una lupa, guantes de látex y una bata.
El intendente Álvaro Quintero, de incorporaciones de la Policía Metropolitana, dijo que este martes se inicia el proceso de incorporación de 610 hombres y 95 mujeres a la institución, y aclaró a todos que estos cursos no tienen validez ni tampoco suman puntos en la escogencia de aspirantes a patrulleros.
Afirmó que para lo que sí sirven los cursos es para extender el tiempo en años, a fin de que los aspirantes mayores de 26 años y menores de 30, puedan concursar en la Policía.
La educación técnica en Policía Judicial solo la ofrecen dos entidades: la Escuela de Investigación Criminal y la Fiscalía, pero la Policía se reserva la escogencia de hombres para esa especialidad forense.
Quintero puntualizó que los folletos de los institutos no son claros, porque el Policía Judicial no aprende de polígonos o tácticas militares como se dice en alguna publicidad.
Jessica Peña, secretaria del instituto Atlantis System, dijo que en su institución brindan educación que sirve para trabajar en la Fiscalía y en otras instituciones, pero también en otras empresas privadas que no son del sector público.
En el instituto para el trabajo y desarrollo humano Capacitar, Patricia Zuluaga, quien ofrece información, asegura que estas personas pueden brindar servicios en el Palacio de Justicia o en aseguradoras, entre otras instituciones.
¿Qué ofrecen los institutos?
Los institutos que imparten educación para el trabajo y el desarrollo humano ofrecen una amplia gama de desempeño.
Estas empresas aseguran que el perfil ocupacional de sus egresados dan méritos para que se desempeñen como: dectective investigador privado, investigador criminalístico en entidades que cumplan funciones permanentes y transitorias de Policía Judicial, auxiliares de la justicia, perito en criminalística y perito judicial, miembro de la fuerza pública o asesor de bufete de abogados.
Por tarifas que oscilan entre uno a dos millones de pesos, por cuatro ciclos, los institutos educan en introducción a la criminalística, manejo del lugar de los hechos, derecho constitucional y penal, identificación de automotores, sistema penal acusatorio, levantamiento de cadáver, grafología, manejo táctico y seguro de armas de fuego, odontología forense, planimetría, sistemas de informática forense.
Sin embargo, “la justicia oral no los reconoce como Policías Judiciales aptos para ser peritos en un juicio”, comentó Quintero.
La Opinión
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