Juan Antonio Mora, 45 años, es dueño de dos buses de servicio intermunicipal, paga impuestos y tasa de transporte en la Central de Transporte de Cúcuta.

Confiesa que hasta el 31 de diciembre trabajó, y guardó sus dos buses en un garaje local.

Dijo que se suponía que en diciembre los dueños de buses y las empresas de transporte intermunicipal tendrían una recuperación, por ser la temporada alta del año, pero él solo movilizó 800 de los 2 mil 400 pasajeros que tenía programados.

El responsable de esta aparatosa caída, precisó, no fue otro que el transporte informal, cuyo centro de operaciones se mueve como pez en el agua y sin ninguna resistencia en las afueras de la terminal de transporte y en algunos sitios del centro de la ciudad, como la avenida octava con calle octava (parque Mercedes Ábrego) y la avenida cuarta con calle octava (parque Nacional).

El gerente de la terminal de transporte, Oscar Sandoval, reveló que el transporte informal tiene reducidos en un 10 por ciento los ingresos de la entidad por concepto de tasa de uso, lo cual en cifras asciende a $272 millones al año.

Dijo que a las empresas transportadoras de pasajeros legales las tiene afectadas además en un 30 por ciento de sus ingresos por la venta de pasajes.

“No se imagina el riesgo al que se enfrenta el pasajero que en lugar de movilizarse en transporte legal lo hace en uno informal; ¿quién responde por él en caso de accidente?”, se preguntó Sandoval.

Pero no solo el transporte informal tiene al borde de la quiebra a la terminal de transporte de los cucuteños; también el cierre de la frontera impactó la operatividad y las finanzas del establecimiento.

En total, en la terminal operan 42 empresas transportadoras de pasajeros, 26 colombianas y 16 venezolanas.

“Hacia Sardinata, por ejemplo, solo están yendo a llevar y a traer pasajeros los transportadores informales”, dijo José Olegario Martínez, afiliado a una de las empresas de transporte legal.

Otra fuente de ingresos con la que ya no cuenta la terminal es el canon de arrendamiento que percibe de los 530 inquilinos, de los cuales el 96 por ciento no cumple con esta obligación desde años atrás.

Gerardo Fernández, inquilino de la terminal, señaló que desde el año pasado la terminal entró en recesión tras el cierre de la frontera.

“Los ingresos se disminuyeron 70 por ciento, y así nadie tiene cómo cumplir con el canon de arrendamiento”, explicó.

Transportadores legales y directivas de la terminal de transporte urgieron a las autoridades de Policía y de Tránsito acciones inmediatas para superar esta dura prueba a la que los tienen sometidos los transportadores ilegales, que cubren todas las rutas.

Acuerdan acciones

Las autoridades de Tránsito acordaron medidas inmediatas en las afueras de la terminal de transporte para impedir el accionar de los transportadores informales, tales como la señalización de prohibido estacionar y comparendos sancionatorios a los que sean sorprendidos recogiendo o dejando pasajeros.

También habrá presencia permanente de al menos 5 agentes de tránsito en las afueras de la central.

La Policía de Tránsito se comprometió a desmontar todos los terminales satélites que tienen los transportadores informales en el centro de Cúcuta, al igual que se adelantarán operativos para verificar que se cumpla con todas las normas que se demandan para la movilización de pasajeros.

Ante las quejas de que los buses de las empresas de transporte legal luego de salir de la terminal se parquean en las afueras a recoger pasajeros, la Policía de Tránsito hará operativos sorpresas para sancionar a los conductores que lo sigan haciendo.

También habrá un plan especial de seguridad para los pasajeros dentro de la terminal.

*La Opinión