Si el entrante gobierno de Iván Duque decidiera emprender la fumigación  de cultivos ilícitos en la región que comprende Cerro Mono, Palmarito, Banco de Arena y Agua Clara, la movilización social que se produciría hacia Cúcuta no tendría antecedentes.

El temor de que ello suceda tiene a las autoridades de Cúcuta con bastante preocupaciones y reuniendo argumentos para detener el eventual desplazamiento de esa población rural hacia la cabecera urbana.

La razones que tendría el Gobierno Nacional para dar la orden de la erradicación son suficientes: en la zona es evidente la presencia  de extensos cultivos de mata de coca, en especial en un área de 17.000 hectáreas de bosque, de las cuales 300 hacen parte de un área protegida por la alcaldía y la Corporación Autónoma Regional para la Frontera Nororiental (Corponor).

Además, está comprobada la tala de bosque y la minería ilegal, lo que a juicio de los moradores de sectores como El Tablazo, Santa Rosa, Palmarito, Banco de Arena, El Suspiro, Cinco de Mayo, La Silla,

El Empalme, está atentando contra el recurso hídrico del cual se abastecen para su consumo.

Como si lo anterior fuera poco, está el hecho de que Cúcuta no quedó dentro del Programa nacional integral de sustitución de cultivos de uso ilícito (Pnis), como sí lo está la zona del Catatumbo.

Esto último es lo que más preocupa a las autoridades y por ello con las comunidades se sostienen diálogos permanentes desde comienzos de semana para concretar una hoja de ruta para contener cualquier decisión que se emprenda desde el Gobierno Nacional en materia de erradicación de cultivos de uso ilícito, dijo el secretario de Seguridad y Convivencia de Cúcuta, Mauricio Franco.

Este viernes, hacia la zona que delimita las 30 hectáreas protegidas se desplazó una comisión de gobierno acompañada de Ejército, Policía y líderes de la comunidad, a fin de emprender en el terreno un inventario de cultivos ilícitos. “Se tiene conocimiento de la presencia de invasores que han emprendido siembras de matas de coca y ello no se va a seguir permitiendo”, dijo Franco.

El funcionario dijo que a la par se avanza también en el diseño de proyectos productivos en alianza con la agendia alemana GIZ y la Andi.

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Preocupa el agua

En la mesa de trabajo con líderes comunales de la zona de Palmarito y Banco de Arena, una de las conclusiones que surgieron es que se frene la explotación minera ilegal y la tala de bosque que se ejerce en extensos terrenos del área protegida.

Esta área ubicada en la parte alta de Palmarito es de donde se obtiene el agua para el consumo de pobladores de sectores como El Tablazo, Santa Rosa, Palmarito, Banco de Arena, El Suspiro, Cinco de Mayo, La Silla, El Empalme,  entre otros.

Se afirmó que los acueductos dejaron de tener el mismo caudal, tras 20 años de abandono de parte de la Alcaldía de Cúcuta y Corponor. Otra de las conclusiones que se conoció es que Corponor revisará los títulos mineros que se tienen aprobados en esa zona, con miras a decidir su eventual suspensión.