El 13 de septiembre dejará de funcionar el Programa de Alimentación Escolar (PAE). 

El programa fue contratado para 111 días, incluidos 11 adicionales de última hora.

Cuando la Unión Temporal Alimenta Futuro 2018 ganó el proceso de licitación del programa, informó de que 58.021 niños recibirían alimentos. Esta es la misma cantidad de estudiantes que se ha beneficiado en los últimos años, con 42.631 refrigerios y 15.390 almuerzos diarios.

Orlando Rolón, miembro de la oenegé Luis Santiago veeduría PAE, criticó el número de niños beneficiados con el PAE, pues asegura que la matrícula ha crecido con la llegada de los hijos de colombianos retornados de Venezuela y de los hijos de los inmigrantes venezolanos. 

“¿Por qué el programa del departamento sí llega hasta el último día del calendario escolar a pesar de que son más niños y más escuelas”, se preguntó Rolón. “Aquí en Cúcuta no se amplía la cantidad de alumnos desde hace tiempo”.

La secretaria de Educación municipal, Doris Angarita, estaba ayer en Bogotá buscando una respuesta del Ministerio de Educación Nacional sobre dineros adicionales que permitan prolongar la fecha de entrega del programa hasta el 30 de noviembre, día de culminación del año académico.

Ante la cartera educativa se están gestionando alrededor de 2 mil millones de pesos. Sin embargo, la Procuraduría de la Nación detalló que se requieren cerca de 9.000 millones de pesos para finalizar el año escolar sin suspender el servicio.

Además, en la última audiencia pública que se hizo del Pae, el alcalde, César Rojas, indicó que había una oenegé interesada en apoyar al municipio con la entrega de unos complementos alimenticios industrializados en los colegios públicos, y que se iban a gestionar directamente con el operador. 

Rectores, maestros y papás esperan que se pueda solucionar el problema, pues aseguran que muchos de los niños que acuden a los colegios lo hacen porque tienen asegurada al menos una comida al día. 

Como el Pae no cubre el ciento por ciento de la matrícula en las instituciones educativas, la priorización en la entrega de los alimentos es hecha por el comité de alimentación escolar de cada colegio, que focaliza primero en la jornada única, luego en niños de transición, desplazados, víctimas del conflicto, con necesidades especiales, y, finalmente, el resto de población infantil vulnerable.