Afectados por veneno que habitantes del sector habían dispuesto contra los roedores, decenas de gatos y perros han muerto en el barrio Pueblo Nuevo, de la comuna 9, en un hecho que se registra desde hace varias semanas.

Los vecinos de la zona, cansados de tener que lidiar con los malos olores de un caño que hay en la zona, y en donde proliferan ratones y ratas, tomaron la decisión de usar venenos para acabar con esta problemática, pero con tan mala suerte que el tóxico fue consumido por los animales que murieron.

El concejal animalista de Cúcuta, Víctor Caicedo, presentó una denuncia en la que hizo un llamado a las entidades competentes para que realicen una visita al lugar y determinen acciones para controlar el tema de salud pública, asegurando que esta situación se ha presentado en otros sitios. 

Caicedo manifestó que la venta de sustancias tóxicas debe ser regulada porque ponen en peligro la vida de animales domésticos, agregando que “se deben determinar acciones que prevengan no solo el maltrato a los seres sintientes, sino que también se controle la venta deliberada de estas sustancias que ponen en peligro sus vidas y ocasionan daños al medio ambiente”. 

El secretario de Gobierno, Francisco Cuadros, aseguró que ya se está liderando una mesa de trabajo para tratar el tema, en conjunto con el concejal Víctor Caicedo, la Policía Ambiental, la DIAN e Invima. 

Los tres campos de acción en los que, según Cuadros, se está trabajando son:primero,  pedagogía al consumidor porque los productos que producen envenenamientos carecen de información de los reales efectos que se tienen al usarlos afectando a los animales de compañía, e incluso a humanos, especialmente niños, de manera que se está evaluando una estrategia comunicativa.

Adicional, está la aplicación de normas a los vendedores de estos productos. “La Policía está georreferenciando los locales formales donde se expenden estos productos, para realizar operativos de control”, mencionó Cuadros. 

Por último, se trabaja en la acción ciudadana donde las personas pueden  vigilar y si tienen registros de quienes proporcionan alimento envenenado a los animales, los aporten a las autoridades.