Así cambió durante su construcción el puente Benito Hernández, que fue entregado de manera oficial, sin terminar.

Los rénderes (diseños gráficos) han saltado de una propuesta a otra. 

Foto 1: El puente, como hoy se ve, de manera funcional, como lo calificó la ministra de Transporte, Ángela María Orozco.

En este momento, los conductores que vayan por la avenida Los Libertadores y deseen ir a Los Patios, deben tomar la avenida primera, para subir por la nueva calzada, porque no se puede hacer de forma directa.

Y aquellos que vengan desde El Pórtico y deseen ir a Los Patios, deben tomar la avenida Los Libertadores, hacer el retorno a la altura del conjunto residencial Oro Puro, tomar la avenida primera y subir por el nuevo puente.

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Foto 2: El primer rénder que se presentó en 2016 mostraba una estructura totalmente distinta a la que fue entregada a la  comunidad por la ministra.

En ese instante, no se ofrecieron mayores detalles de la movilidad, solo que se iba a modificar el puente. Según el Instituto Nacional de Vías (Invías), el diseño se modificó porque la propuesta inicial no cumplía con las condiciones de movilidad y tránsito proyectadas a cinco años.

Foto 3: En esta modificación se incluyó un deprimido tipo glorieta que hoy se ve construida, y que conecta en espiral con el puente ya existente. Esto permitiría que los vehículos que vienen desde Los Patios bajen hasta la avenida Los Libertadores y también puedan ir hasta El Pórtico.

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Foto 4: Sin embargo, hay un último diseño en el que se incluyen dos nuevas estructuras: una conectante y otra helicoidal. La conectante (verde en el plano) permitirá que los vehículos que vienen de Los Patios bajen directamente hacia la avenida Los Libertadores, y con el helicoidal (azul en el plano) los carros puedan subir directamente si vienen desde El Pórtico y la avenida Los Libertadores, hacia Los Patios. 

Para Invías, esto sería una segunda fase del proyecto, para la que son necesarios  7.500 millones de pesos. Estos dineros aún no se tienen. El proyecto, como está, es un caos que costó 34.700 millones de pesos.