Sumado al control de roedores y de plagas, la alcaldía vigilará el impacto de las palomas en el centro y en las plazas de mercado.

La medida es necesaria, porque los animales podrían generar salmonelosis, colibacilosis y otras enfermedades ocasionadas al inhalar polvo de sus excrementos.  

Según María Victoria Hernández, visitante asidua del parque Santander, a medida que pasa el tiempo crece más y más el número de estas aves.

Las palomas también frecuentan plazas de mercado, parques y otros sitios públicos, dijo.

Para Hernández, es tal la cantidad de excremento que cae a las baldosas del parque Santander, que cuando llovizna el piso se torna baboso y la gente puede caerse.

Pero que el piso se vuelva resbaloso no quiere decir que sea culpa de las palomas, dice Pedro Ávila, quien ayer las defendió mientras les echaba comida.

No obstante, las aves sí son portadoras de enfermedades  y hay que hacer algo con ellas, dicen los médicos veterinarios.

Según Daniel Hernández, médico veterinario del área de zoonosis de la secretaría de Salud, las palomas se pueden considerar una plaga, tal y como son las ratas;  y estas, trasmiten al menos unas 40 enfermedades por zoonosis.

Según la secretaría de Salud, este año se han reportado 71.013 casos de infecciones respiratorias agudas. Aunque no se ha comprobado que sea por las aves, tampoco se ha descartado que no pueda haber relación.

 Tampoco se ha descartado que 53 casos de fiebre tifoidea puedan tener como causa los nidos de palomas que hay en las plazas de mercado, dijeron los expertos.

“El municipio va a ejecutar una actividad a través del control de nidos, especialmente en las zonas donde hay mayor concentración, como el parque Santander, la Central de Abastos y La Nueva Sexta”, dijo Hernández.

Las palomas pueden causar serios problemas en la salud de niños, ancianos, personas con cáncer o VIH, embarazadas y pacientes que usen corticoides, pues tienen defensas muy bajas.

Según Hernández, estos animales deben ser vigilados mediante control de nidos e instalación de trampas y de mallas para evitar la anidación en zonas públicas.

Aunque existen diferentes métodos para ahuyentar las palomas como la instalación de pinchos o de líneas de alambres en los tejados y la utilización de geles pegajosos, cintas reflectantes, entre otros, expertos también señalan que puede servir la utilización de señuelos en forma de aves de rapiña, luces de sistema laser, luces entroboscópicas, cañones de ruido y hasta sistemas de audio que simulan el sonido de depredadores para lograr alejarlas de los mercados.

La idea no es torturarlas

Aunque algunas ciudades en el mundo, como Nueva York o París,  combaten el crecimiento de estos animales, muchos de estos encuentran insuficiente su tarea por disminuir su población.

Según la secretaría de Salud, la idea no es torturar a los animales, sino controlar su población dado el riesgo que puede tener para la salud humana su cantidad en un espacio reducido.