En los edificios de Cormoranes, la situación es cada vez más difícil. No solo se trata de la torre 28, la de los problemas. Hay más edificios que también están presentando fisuras. Los edificios 31 y 34 son los otros dos donde los vecinos denuncian la presencia de grietas.

En techos, paredes, escaleras, baños, cocina, se están observando las fallas estructurales. Explicó el presidente de la Junta de Acción Comunal, José Ordóñez, que ya la constructora tiene conocimiento de lo que está ocurriendo.

“Hay una serie de fisuras en estas dos torres, incluso también presentan una pequeña inclinación, aunque todavía no se ha hecho el estudio técnico para determinar de cuánto fue el movimiento que hicieron, pero igualmente nosotros como comunidad estamos pendiente de cualquier eventualidad que ponga en riesgo las estructuras”, detalló.

Los dos edificios están ubicados  al lado de la torre 28, una en cada extremo. “Allí hay 20 familias en cada edificio, con un promedio de 85 personas por cada uno. Lo único bueno con estas dos estructuras es que ya tenemos acá al ministerio de Vivienda trabajando y supervisando”, dijo.

Los vecinos de ambas torres esperan que estas sean también monitoreadas de cerca, como la 28. Tienen miedo de que esa pequeña inclinación se siga acentuando.

Con los trabajos que está haciendo la constructora, de incluir filtros en medio de estas torres, se espera que el agua de debajo de las edificaciones salga.

Posteriormente, a la torre 28 se le colocarán 36 pilotes, a 12 metros de profundidad, y estos se abrazarán con una estructura reforzada que permitirá controlar los asentamientos de la edificación para luego trabajar con reparaciones internas.