La burocracia y la tramitología están ensañados con las 480 familias que habitan a orillas del río Pamplonita en el sector de Villa Camila.

Allí todos aguardaron el despegue de las obras del recolector de aguas negras el 15 de noviembre del año pasado, como prometió el alcalde Donamaris Ramírez. Pero como sucedió en todas las anteriores ocasiones, ni los obreros ni las máquinas llegaron.

En esa oportunidad, el exalcalde aseguró que el contrato, por 4 mil millones de pesos, le fue adjudicado al único proponente que se presentó a la convocatoria (Copavipol SAS), y que para hacer las obras tenía un plazo de cuatro meses.

“Pensamos que por fin se acabaría con el tormento de tener que convivir al lado de las aguas negras, pero la realidad es otra, nos volvieron a incumplir”, dijo Nancy Uribe, líder comunal de Villa Camila.

Los vecinos de los cuatro barrios antes mencionados se sorprendieron aún más al enterarse de que el contrato se encontraba suspendido por una orden de la actual alcaldía, porque los permisos ambientales y de ocupación del cauce del río Pamplonita no estaban listos.

La suspensión del contrato la solicitó por escrito el pasado 21 de enero al alcalde César Rojas, el representante de la empresa Contelac Ltda, y director de la interventoría, Germán Torres.

“A pesar de las distintas solicitudes formuladas por esta interventoría, a la fecha el municipio no ha aportado el permiso de ocupación de cauce, tampoco se ha ajustado el plan de manejo de tráfico, con el debido aval de la alcaldía”, manifestó Torres en su carta a Rojas.

Uribe señaló ayer que esos permisos hasta el viernes de la semana pasada no habían sido expedidos por parte de la Corporación Autónoma Regional para la Frontera Nororiental (Corponor), lo que deja al descubierto la desidia que ha existido por parte de la administración municipal para emprender las obras que se necesitan en Villa Camila, entre otras, la reparación de 500 metros lineales de la margen derecha del río Pamplonita y la construcción de un colector de aguas negras que fue destruido en la ola invernal del 2012.

Al ser indagado por los permisos, Wilson Rincón Álvarez, funcionario de la subdirección de desarrollo sectorial de Corponor, aseguró que la alcaldía apenas hizo la solicitud de ocupación del cauce del río la semana pasada y ya se expidió el auto admisorio.

“No es culpa de nosotros, el permiso está en proceso de evacuación”, dijo.

La comunidad afectada pidió ayer la intervención de la Procuraduría para que se investigue la conducta de los funcionarios responsables de tramitar las obras de Villa Camila.

Febrero, el otro plazo

El secretario de Infraestructura del municipio, Jonny Pascual Contreras, dijo que el mes de suspensión que se acordó para el contrato de Villa Camila fue para reunir los permisos y toda la logística que demandan los trabajos y en ello se ha estado trabajando para tener todo listo.

La obra -dijo- corresponde a un convenio del Fondo Adaptación y el municipio, y con ello se busca poner fin a las penurias que han sufrido los habitantes de los  barrios Villa Camila, Villa Paola, La Florida y Palma Real con las aguas negras estancadas.

Pero también, para frenar la contaminación que se está produciendo al río Pamplonita con el arrojo de aguas servidas de la parte alta de San Martín.

Contreras manifestó que los trabajos se iniciarán en la primera semana de febrero, “no habrá más alargue para este proyecto”.

En los barrios donde se sufre desde hace más de tres años por los olores nauseabundos de las aguas negras, los vecinos dijeron ayer que no saben a quién creerle ni tampoco qué gobierno les miente más, si el actual o el de Donamaris Ramírez.

*La Opinión