En Cúcuta 40 mujeres participaron en el proyecto.
Las artes sanan a las víctimas

“En el año 1999 fui una mujer violentada sexualmente en el conflicto armado. Al año siguiente fui víctima de una desaparición forzosa, y también soy desplazada. Este dolor lo tuve por muchos años, pero el mensaje es para las tantas mujeres que como yo han sido violentadas, para que se armen de valor y hablen para sanar”, dijo la mujer de Ábrego, con cuatro hijos, y que hoy vive en Cúcuta.
Ella, junto a 40 más, formó parte del proyecto de emprendimiento y sanación que emprendieron dos estudiantes (Noemí Acevedo y Lusmary Serrano) de trabajo social de la Universidad Simón Bolívar en el Centro Regional de Atención a Víctimas (Crav), en Atalaya.
El fin del proyecto es brindarle herramientas de empoderamiento al grupo para empezar el proceso de superación de lo vivido.
El baile, la pintura y las manualidades sirvieron como formas de expresión para drenar el dolor, el resentimiento, el trauma, y el silencio del grupo de mujeres que fueron víctimas de violencia sexual durante el conflicto armado.
El trabajo buscó no revictimizar a estas mujeres, sino potenciar sus capacidades para ver cómo surgir y unirse como sobrevivientes.
“No podemos sentirnos culpables por lo que nos sucedió, no escogimos eso para nosotras, y no tenemos la culpa. Pero sí podemos escoger salir”, dijo.
Noemí Acevedo, una de las pasantes y coordinadoras del proyecto, explicó que durante cuatro meses se trabajó con cada una de las participantes en 20 talleres, donde recibieron orientación psicológica y herramientas de empoderamiento.
La mayoría de estas mujeres viven en Cúcuta, pero vienen desde Tibú, Catatumbo, El Tarra, Ocaña, Durania, Ábrego y están en el proceso de reparación. Hoy están en proceso de formación legal de la Asociación Nueva Esperanza, que busca servir de espacio de guía y de ayuda para otras mujeres que han pasado por situaciones similares.
El grupo presentó un baile contemporáneo sin voces, a través del cual escenificaron cada uno de los momentos vividos siendo las víctimas, el victimario y los ayudantes en el proceso de sanar.
Para una de ellas, de 38 años y con dos hijos, el baile significó la forma de sacar lo que tenía guardado. “Hemos tomado la decisión de salir de este túnel en el que estábamos. Con este baile demostramos los rostros internos de cada una”.
Acevedo explicó que algunas tienen hijos de sus victimarios, a otras les tocó abortar, muchas en sus núcleos familiares desconocen que son víctimas.
Son distintos tipos de situaciones que finalmente terminan en un solo dolor. Ahora el grupo, a través de las herramientas brindadas, quiere ayudar a otras mujeres víctimas.
Ayúdanos a seguir haciendo periodismo de calidad
Contribuye aquíNotas relacionadas
Comentarios
+ NOTAS
Duque sostuvo encuentro con Lenín Moreno en la frontera
El mandatario sostuvo conversaciones con Lenín Moreno sobre diferentes temas.
Antes de morir, Ana Benilda Becerra salvó a sus vecinos
Un cortocircuito provocó la tragedia en el barrio La Castellana.
La avenida del Río será más deportiva y familiar
El centro de pensamiento del Área Metropolitana tiene unos 61 proyectos estructurados para Cúcuta.
COVID-19, en aumento en la región de Pamplona
Se conocen casos de gente de los municipios de la provincia y de Toledo que llegan a la región a hacerse la prueba de coronavirus.
La delegación regional que estará en la Vuelta al Táchira 2021
Tres equipos representarán a Norte en la edición 56 de esta clásica del continente.
La muerte sigue rondando por La Parada
Jonathan José Seijas llegó hace unos meses a La Parada a trabajar pasando gente y mercancía por las trochas.
Desde hoy, alcaldía empieza a expedir paz y salvo de predial
La Secretaría de Hacienda informó que en esta oportunidad el documento se entregará mucho más pronto que años anteriores.
Tercer toque de queda se cumplió dentro de lo presupuestado
En total fueron impuestos 843 órdenes de comparendo en la ciudad y el área metropolitana.
La pandemia obliga a postergar los retiros espirituales
“No existen condiciones para el encuentro", Jairo López, presbítero de la catedral de Santa Ana.