En muchas ocasiones, las crisis siempre se convierten en oportunidades perfectas para resurgir, crear e innovar. Esta es el caso de Sergio Rincón Contreras, quien vio en su desierto llamado pandemia, un oasis que terminó en invención. 

Este joven, nacido en el corregimiento Samoré de la vereda Río Negro del municipio de Toledo, graduado como tecnólogo en Automatización Industrial del Servicio Nacional de Aprendizaje (Sena) y técnico en Electricidad Industrial de Corpetrol, es el creador de una cabina de desinfección con toma de temperatura digital. 

Dentro de las múltiples ventajas que trae este nuevo artefacto, está el que el personal de las empresas no estará expuesto al coronavirus por el contacto con las personas, lo que ayudará a reducir los riesgos de contagio. 

La cabina sirve para la toma de datos esenciales en un registro dentro del marco de los protocolos de bioseguridad.

Es de precisar que para Sergio, el llevar una vida profesional rodeada de procesos de creación industrial fue casi producto de una casualidad el resultado final de la cabina. El joven emprendedor, de tiempo atrás intentó en varias oportunidades emprender procesos creativos, pero sin ningún gran resultado, hasta ahora.

Proceso de creación

Cuando inició el confinamiento producto de la pandemia causada por la COVID-19, Sergio no se encontraba en su natal Toledo o en Villa del Rosario donde actualmente vive; en ese momento estaba en Antioquia trabajando, precisamente como automatizador industrial en una mina de oro en donde adelantaba un montaje industrial. 

Sin embargo, dada la coyuntura que vivió el país, su contrato finalizó a mediados de mayo y tuvo que volver a Norte de Santander. 

Y por más que la situación de incertidumbre le agobiara, su espíritu emprendedor no le dejó en ningún momento, por eso, mientras viajaba para llegar a su casa, se le vino a la idea un máquina un poco más desarrollada que pudiera  desinfectar y tomar temperatura a la vez, pero con características especiales.

“Yo sabía que aquí en Cúcuta iba a ser muy difícil encontrar un trabajo por medio de una empresa, por eso si yo decidía quedarme en la ciudad tenía que crear mi propio negocio o trabajar de manera independiente, y viendo la necesidad y las cabinas que habían surgido, se me ocurrió la idea de hacer una más completa, más industrial y estética”, comentó Sergio.

Es así, que una vez en su casa tomó su libreta de apuntes, hizo cálculos y empezó su trabajo. El capital con el que contaba en ese momento era alrededor de 2 millones de pesos, el cual pensó que le iba a ser suficiente, pero no fue así. 

“Yo me puse a mirar qué materiales necesitaba y empecé a cotizar. Como era la primera cabina que construía me llevó un tiempo organizar cada detalle. La diseñé y construí prácticamente solo, y llegué a pensar que los ahorritos que tenía me iban a alcanzar, pero haciendo cuentas por ahí pasaba el costo de esa cabina”, dijo Sergio.

Y aunque quiso buscar el patrocinio de allegados empresarios, no tuvo una respuesta satisfactoria a su solicitud. A pesar de esto, no quiso ejercer presión, pues si había de ser su invento, quizás lo mejor era correr con todos los gastos y riesgos que esta estructura representara.

Más o menos cuando su trabajo se encontraba a la mitad, los recursos escasearon, por lo que no tuvo más opción que vender su moto para terminar de financiar su proyecto y finalmente poder tener algún tipo de remuneración, ya sea por su idea o por la cabina.

Todo el proceso de construcción tomó alrededor de cuatro a cinco meses, entendiendo que tuvo que hacer diferentes pausas dado que no tenía apoyo tanto financiero como en la construcción.

Características de la cabina

Las características de esta cabina de desinfección y toma de temperatura se basan en la comodidad y confort de la persona. Pues busca por medio de un sensor, tomar la temperatura de las personas, ya sea en el cuello, brazo o frente, según parezca.

En todo el frente de la cabina se puede apreciar un letrero que indica cuando alguien debe esperar o cuando puede iniciar su proceso de ingreso. Una vez tenga la luz de acceso, la persona, según su estatura, podrá ubicar el termómetro por medio de un sensor. 

Al otro lado de la cabina, existen instalados otros letreros que muestran el grado de temperatura que marcó el individuo y si su temperatura es más alta de lo normal, se encenderá una luz roja de advertencia.

Respecto a este punto, si la empresa desea más prudencia con aquel que arrojó temperatura alta, Sergio mencionó que se podrá incluir en esta caja un sistema de alerta que pueda ser recibido por empleados dentro de la empresa.

Una vez tomada la temperatura, empieza el proceso de desinfección en forma de aspersión para finalizar todos los protocolos de bioseguridad solicitados para el ingreso a un recinto cerrado. 

Emprendimiento en proceso

Por el momento, el prototipo de cabina creada por Sergio mide 2 metros de alto, sin embargo, mencionó que las características de tamaño y funcionalidad están dispuestas por aquel que quiera solicitar su producto.

Su empresa, que está en proceso de formación y que espera pronto resurgir con diferentes invenciones, tiene por ahora como principal expositor de su trabajo la cabina de desinfección.

Así que, si usted está interesado en apoyar este proyecto, puede hacerlo siguiendo sus redes sociales en Instagram lo encuentran como: @automating.transforming, en Facebook como Automating transforming y en YouTube, donde se encuentra un video con el funcionamiento de su cabina, puede ubicarlo en el canal Automating & transforming.

Ahora, si está interesado en cotizar una cabina similar, también puede contactarse con Sergio al 312-610-9138.