La atención al adulto mayor en Cúcuta se ha intensificado. Las autoridades competentes han decidido dedicarle más atención a esta población, que en Cúcuta llega a 70 mil personas en estratos 1 y 2.

Durante agosto, mes del adulto mayor, la Corporación  Vida y Progreso, a través de la secretaría de Bienestar Social, viene realizando una serie de actividades para alegrarles la vida a muchos abuelos de la ciudad.

Lo primero que han hecho es llevar hasta cinco asilos, donde hay más de 300 abuelos, a un grupo de profesionales que se encargan de realizar actividades de reconocimiento y lúdica.

“El trabajo que se ha venido realizando es muy bonito, es increíble conocer que hay abuelos que aun estando ahí desde hace muchos años, tienen un proyecto de vida que quieren cumplir”, comentó Luisana Socha, gerente del proyecto.

Tras realizar un diagnóstico físico y psicológico en cinco asilos de la ciudad, se han aplicado una variedad de actividades que comprenden desde bailoterapia, ejercicios con bandas elásticas y balones terapéuticos hasta manualidades y charlas para recordarle los derechos que cada uno tiene como adulto mayor dentro de la sociedad colombiana para mejorar el aspecto psicosocial de los abuelos que habitan en los asilos.

Por el superabuelo

Dentro del proyecto también se tiene el propósito de trabajar con niños, pues estos tienen un papel fundamental en la sociedad y en la aceptabilidad de los adultos mayores. Por eso serán ellos los encargados de elegir al superabuelo.

Vienen trabajando con estudiantes de los grados 3,4 y 5 (en primaria) y 7,8 y 9 (en bachillerato), de cinco colegios de la ciudad donde los han puesto a elegir a al superabuelo. Un concurso que busca lograr identificar cual es el superabuelo dependiendo del saber que tenga.

De nuevo a clases

Más de 70 abuelos de diferentes asociaciones, han vuelto a las aulas. Han regresado, aunque muchos no han terminado ni la primaria, para adquirir conocimientos que fortalezcan su presente y su futuro.  

Se están capacitando en costos, marketing y competitividad, para que aquellas ideas de negocio que tienen se puedan convertir en potenciales.

“Queremos que se sientan útiles y por eso los queremos convertir en pequeños empresarios. La capacitación la hacemos en el lenguaje de ellos, no tan técnico”, aclaró Socha. “Buscamos que su producto llame la atención  y se convierta en una fuente de dinero para ellos”.

La Opinión