El problema de salud pública y social que representan los heroinómanos en Cúcuta solo podría disminuir si se articulan, entre todos, esfuerzos para acabar con esa adicción, dijo la Secretaría de Salud municipal. 

Mientras eso pasa, las personas se siguen quejando por la presencia de estos consumidores de drogas inyectables, como sucede en el Barrio Latino. En este sector se consume heroína todo el día, llueva o haga sol. 

Al menos eso es lo que dice Gonzalo López, uno de los tantos comerciantes de la zona y quien todos los días, antes de llegar a abrir su negocio, debe usar recogedor y una escoba para barrer lo que deja la endemoniada droga.

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Jeringas impregnadas con sangre, condones usados, bolsas en cuyo interior se guardó la droga, orina y heces es lo que los consumidores dejan en las puertas de los negocios, como parte de una rutina que ya está colmando la paciencia de quienes viven y trabajan en la zona. 

Los roban

Pero que dejen estos desechos en el espacio público es solo una parte del gran problema que dicen tener los comerciantes del Barrio Latino, porque también han debido asegurar las puertas con varillas y hacer otros reforzamientos para evitar asaltos.  

“Estamos cansados porque son hasta 30 consumidores, incluidos varios travestis. Nos tocó reforzar las rejas, incluso teníamos un celador privado y lo sacó un jíbaro que lo amenazó diciéndole que por aquí se le pagaba a la autoridad; eso es un problema tenaz porque no hay quién los saque”, dijo Víctor Hugo Méndez, comerciante del sector. 

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Según Óscar Gerardino, secretario de Gobierno, todos los días se hacen recorridos por diferentes sectores, pero se reforzará el control en esta zona comercial. 

Son enfermos

Mientras la gente pide una intervención por la fuerza, la Secretaría de Salud de Cúcuta propone un enfoque más humano.  

Según Grecia María Pérez, líder de Dimensión de Convivencia Social y Salud Mental, aunque entiende la problemática social que tienen los vecinos, asegura que como autoridades, más que sacarlos o maltratarlos, el Gobierno está mirando el problema desde otra óptica mucho más profunda. 

Para la funcionaria, hay muchos que miran con enojo a los consumidores y les tienen fobia, pero no comprenden que la droga puede tocara cualquier persona. 

Pérez informó que en septiembre pasado se adelantó una estrategia o prueba piloto a nivel nacional que consistió en brindar atención a estas personas, incluso, se les entregaron jeringas, algodones y se reforzó un plan educativo y psicosocial para disminuir los riesgos que conllevan la utilización de drogas inyectables.  

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En el desarrollo del Plan Decenal de Salud Pública y de la Política Nacional de Reducción del Consumo, la Alcaldía planteó diversos enfoques: de derecho, diferencial, curso de vida, de género, poblacional y étnico. 

Lo anterior quiere decir que el Gobierno, actuando bajo los principios constitucionales de igualdad, interpretó un modelo de atención que permitiese atender a esta población teniendo como premisa que son enfermos. 

En total se atendieron 135 personas que se inyectan drogas, junto con otras 235 que consumen otro tipo de sustancias alucinógenas. 

El proyecto, además de ofrecer un tratamiento a estas personas, incluyendo a extranjeros, busca reducir el riesgo de enfermedades contagiosas como VIH/Sida o tuberculosis, enfermedades a las que están propuestos los heroinómanos debido al uso de jeringas.  

Para Pérez, se deben fortalecer las acciones que estén orientadas a reducir los efectos negativos del uso de drogas, los riesgos asociados a las prácticas de consumo; y favorecer la accesibilidad a la red asistencial de estos usuarios, mejorando su calidad de vida.

“Puedo decir que este proyecto fue un éxito, porque muchas de las personas que estuvieron en el programa ya no duermen en las calles, de hecho se quedan en residencias donde les dejan pasar la noche por un valor muy económico, ellos ya no arrojan las jeringuillas en el suelo sino que las depositan en 4 puntos habilitados”, precisó. 

La Secretaría de Salud precisó que de las personas atendidas, 11 eran venezolanos, 13 eran mujeres y una era trans; el problema, informó la entidad, es que cada vez más personas consumen la droga, muchos no son habitantes de calle sino jóvenes de casa que salen de sus hogares y allí es donde se necesita la participación de todos, principalmente de los padres. 

Aunque no es claro cuántos heroinómanos viven en Cúcuta, la cifra tiende al aumento, según las autoridades.

470 personas recibieron atención en el proyecto de rehabilitación. 
80 personas recibieron suministros de ropa. 
23.264 jeringas entregó la Secretaría de Salud y recolectó 13.894
605 personas recibieron alimentación. 
70 recibieron útiles de aseo.