Ronald Piterson, promotor del referendo derogatorio del acuerdo 040, que aprobó la concesión de la operación del Tránsito de Cúcuta, señaló que el propósito de evitar este contrato, además de que se impida que los dineros que puede manejar la Alcaldía vayan a manos privadas, apunta a que se ponga fin al caos de la movilidad.

Cúcuta recibe al año unos 22 mil millones de pesos en utilidades por operación del organismo de Tránsito.

Piterson explicó que hay dos componentes fuertes de esta operación, las especies venales (expedición de licencias de conducción, traspasos, etc), y las multas de tránsito.

Dijo que Tránsito, más o menos imparte entre 2 mil 500 y 3 mil comparendos al mes, lo que al año significan 60 mil o 65 mil.

(Ronald Piterson, líder social que lidera el referendo derogatorio del acuerdo 040.)

Aunque esta concesión aún no se ha adjudicado, el negocio se hace mucho más lucrativo con las fotomultas. Muy seguramente se va a contratar “con un inversionista privado proveniente de la Costa Norte, el Turco Hilsaca, quien contrató las fotomultas de Villa del Rosario”, advirtió Peterson.

El negocio redondo consiste en que como el contratista es el que pone la cámara y la infraestructura, él se queda con 80 por ciento del recaudo y solo le transfiere al municipio 20 por ciento del total de la utilidad de la operación, dijo el líder social.