Media pared de botellas plásticas constituye el primer empujón que la familia Villegas le ha dado, desde hace dos meses, a su casa ecológica.

Con más ganas que recursos, y una perseverancia admirable, Verónica Villegas, se las ha ingeniado para recolectar cerca de cinco mil botellas plásticas, para cumplirles a sus hijos la promesa de construirle una casa amigable con el ambiente.

Los primeros costales de botellas los consiguió con ayudas de sus vecinos, tocando puerta a puerta, recorriendo los barrios vecinos revisando la basura. Un mes después pudo conseguir los envases restantes gracias a la intervención de la Policía, que no solo le completó las botellas, sino que también le obsequió la arena necesaria para llenar los ladrillos ecológicos.

Armada de paciencia, fuerza, e ilusiones empezó a llenar los envases en familia para poner en pie la primera pared de su nueva casa. Con un arquitecto conocido elaboró los planes de su vivienda reciclable. Paredes, pisos, y hasta el techo será de botellas. El piso piensa tapizarlo con tapas de colores.

“El ingeniero me asesoró en cómo trabajar este material, su resistencia, y sus bondades. Igualmente yo vivo mirando en internet noticias sobre esta iniciativa en otras ciudades”, explica Villegas.

Sus vecinos y amigos del programa Rumbos de Paz, un espacio de arte y cultura en Manuela Beltrán, la han ayudado a llenar las botellas, para agilizar la construcción. Día a día el arrume de botellas vacías va disminuyendo.

Pese a estas ayudas aún quedan costales de botellas por llenar en el patio de su casa. Cada día la familia saca unos minutos de su tiempo para llenar más botellas y darle un nuevo empujón al sueño familiar.

“Sueño con poder terminar rápido mi casa. Lleno botellas todos los días pero no puedo con todas”, explicó Villegas, mientras muestra sus avances. A un lado de su rancho de madera y bahareque empezó a para el primer muro.

Conscientes de que el camino es largo, pero con el entusiasmo intacto,  los Villegas extendieron una invitación a la Policía, a estudiantes, o a quién quiere ayudarles  a cumplir su sueño. Unas horas de labor en su casa, representan un día menos para estrenar su vivienda ecológica. Más que una casa para una familia, este proyecto representa una solución ambiental a replicar.

“Necesitamos un pequeño empujón para seguir”, dijo Villegas. “Mire que esto de llenar botellas ayuda a relajarse”, finaliza en medio de risas.

Obras ingeniosas

No solo la casa de botellas de Verónica Villegas se ha llevado los elogios de la comunidad por su contribución con el medioambiente.

En las periferias de Cúcuta la necesidad de vivienda ha hecho que miles de familias construyan sus casas utilizando llantas viejas que antes iban a parar a la basura.

La idea de utilizar ruedas de caucho empezó en los barrios Belén, Ceci, Los Alpes, Coralinas, Atalaya y las escarpas del anillo vial occidental, dado que no todos sus habitantes tenían dinero para construir muros de contención.

“Construir un muro de contención puede valer millones”, dice Raúl González, propietario de un rancho en Los Alpes. “Mientras que en llantas la inversión no supera los $25 mil pesos”, señala..

Según los residentes del sector los suelos se contaminan menos y se protege el medioambiente.

En Ceci, donde se incursionó por primera vez con este material, hay muros de contención que tienen más de 40 años sin haber cedido un milímetro.