Con solo abrir la puerta del patio de su casa, Elda María Polentino se encuentra de frente con el caño de Belisario Betancur: 50 centímetros la separan del abismo.

Con preocupación e indignación, la ama de casa asegura que hasta hace tres años el patio de su casa tenía seis metros de fondo. Sin embargo, cuando un particular desvió el cauce natural del canal el terreno empezó a ceder y el caño se tragó el solar.

Una situación similar viven los Gómez, los Arévalo, y otras decenas de familia que construyeron hace más de una década sus casas en la calle 18 de Belisario Betancur.

Los afectados aseguran que cuando se instalaron en este sector el caño estaba a más de 100 metros de sus predios. Cuando desviaron el cauce del canal empezó su suplicio.

Pese a que esta acción no tuvo repercusión alguna en las pasadas administraciones, aspiran a que la Alcaldía por fin les tienda la mano y les dé una solución.

A finales del año pasado el municipio emprendió unas obras para mitigar los riesgos del canal, con una inversión de alrededor de 1.300 millones de pesos, las cuáles pese a que no contemplan la canalización completa, buscan mitigar el impacto de las escorrentías.

Yonny Pascual Contreras, secretario de Infraestructura Municipal, dijo que está al pendiente de las situación en este sector, y aseguró que esta entidad definirá nuevamente  el trazado natural de la quebrada de la cañada para frenar la remoción de tierras y evitar nuevas afectaciones entre los residentes.

Sin embargo, con las recientes lluvias   el canal se ha socavado y  se han presentado nuevos deslizamientos al pie de las viviendas.