La embestida contra la venta ilegal de gasolina comenzó con el cierre de los íconos de esta actividad en los alrededores de Cenabastos, El Escobal, El Salado, las avenidas Demetrio Mendoza, Las Américas, Atalaya y la autopista a Los Patios.

El último de los santuarios erradicado fue Pedregales, en el municipio de El Zulia. Allí, según el oficial, las grandes mafias almacenaban y distribuían a gran escala combustible de contrabando, que luego era vendido en las calles de Cúcuta.

Hoy, estas zonas en las que por décadas se concentró el mayor número de ventas de los pimpineros, ya no existen, dijo el comandante encargado de la Policía de Cúcuta, coronel William Donato Gómez.

En el balance de acciones del último mes contra el contrabando en la frontera, el oficial dijo que se han desmantelado 127 puestos informales que estaban en manos de los llamados pimpineros.

De estos lugares artesanales, 53 estaban ubicados en el sector de El Escobal (Cúcuta), en inmediaciones del puente Francisco de Paula Santander, en límites con la localidad venezolana de Ureña, y 74 en el corregimiento La Parada (Villa del Rosario), cercanos al puente internacional Simón Bolívar, que comunica con San Antonio del Estado Táchira.

Los controles también se están llevando a cabo en Villa del Rosario y Los Patios.

La Opinión