El Centro de atención integral y académico de los Misioneros Scalabrinianos de Cúcuta ya está listo. El espacio abrió sus puertas en el barrio Camilo Daza, en la calle 43 detrás del colegio, para brindar capacitación a la población vulnerable del sector: retornados, inmigrantes y desplazados.

El padre Francesco Bortignon explicó que hace un mes comenzaron a trabajar en el centro propiamente. Actualmente, está el curso de confección y producción en el cual hay dos turnos de 30 personas cada uno.

Están en proceso de adquirir dos nuevas máquinas (presilladora y bordadora) para las futuras capacitaciones.

Sin embargo, el padre señala que están en proceso de establecer nuevos convenios para ampliar los tipos de capacitaciones.

“En la primera planta está una sola sala con las máquinas de coser, y en el segundo piso hay cuatro aulas de clases, que aún no están siendo utilizadas y donde se busca integrar los nuevos talleres”, dijo.

La construcción de este espacio, con una inversión aproximada de más de 500 millones de pesos, es parte del proyecto de la Red Internacional de Migración Scalabrini (SIMN por sus siglas en inglés) que busca generar para esta población una forma de autosostenibilidad económica.

Bortignon estima que en este centro unas 300 personas puedan capacitarse, pero para el año próximo la meta es ampliar ese número debido a la necesidad que existe en la zona.

Señaló que están en conversaciones con telefónica para un proyecto de dotación en el colegio, pero también para impulsar la posibilidad de montar una sala de Tecnología de Información y Comunicación (Tic) y a través de ella ofrecer capacitaciones en estas áreas.

“También estamos viendo por medio del Sena, Cámara de Comercio y unas organizaciones no gubernamentales para escoger qué capacitaciones requiere está población, que en el caso de los venezolanos es una población flotante; sin embargo, la idea es vincularlos en el mercado laboral”, precisó.

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Aún falta terminar la dotación del segundo piso, para así consolidar el espacio.

Este tipo de centros integrales de capacitación son llevados por la Red Internacional de Migración Scalabrini desde hace unos 60 años.

El modelo Scalabrini busca brindarle una forma de autosostenibilidad a la población vulnerable, a través de capacitaciones, que les permita tener a la mano el conocimiento que los lleve a la producción. Sin dejar el apoyo humanitario.

 El espacio tiene en el primer piso una sala completa para las capacitaciones de confección y producción.