Refundida entre antigüedades y piezas religiosas,en el apartamento de un anticuario, se esconde una figura espectral que a primera vista deja un nudo en la garganta y en una segunda mirada hasta el más valiente puede grifarse. 

Se trata de una muñeca similar a la que aparece en la película Annabelle, que se diferencia de la protagonista del éxito taquillero de Hollywood, solamente porque no tiene cabellera, pues aligual que ella parece muy real, conserva la misma aura misteriosa, mirada fija y aterradora como de ultratumba. 

Esa misteriosa muñeca, considerada por muchos como diabólica, entró a la historia de los esposos Urón Lara el 7 de noviembre de 1978, cuando la compraron en un bazar o mercado de las pulgas en Barranquilla, en $120.000. 

Fue en uno de los viajes que hacían a ese puerto colombiano en búsqueda de piezas antiguas para colección y comercialización en su tienda de Los Palos Grandes, en el municipio caraqueño de Chacao. 

En un segundo viaje le compraron el coche de bebé en el que permanece acostada, también una pieza coleccionable hecha de metal y madera, que parece sacada de un naufragio antiguo.

Nadie quiso comprarla

 
Aunque estuvo exhibida en su cotizada tienda de antigüedades de la capital venezolana, y posteriormente en Miami (Estados Unidos), donde también tuvieron negocio de este tipo, "nadie la quiso comprar, porque más bien tiene una imagen escalofriante", dice Harry Alfonso Urón Navarro, de74 años y oriundo de Convención (Norte de Santander). 

Agrega que han sido varias las personas que ha asustado, "porque de noche le alumbran los ojos como dos brazas y parece que lo estuviera mirando a uno".

Harry Urón dice que a la gente le da temor eso, pero que a él, como a su esposa Stella Lara,les gustó apenas la vieron y en seguida la compraron; además no creen en cosas sobrenaturales. 

La muñeca conserva la misma ropa que traía, un vestido blanco que parece de bautismo,  así como un solo zapato. Su rostro, brazos y piernas que están hechas de sololoy (celuloide), lucen fisuras como los retratos famosos y los frescos del mundo antiguo, lo que le dan un aspecto más espectral. Una parte del cuerpo es de madera. 

"En Caracas un amigo fue a visitarnos y teníamos la muñeca en un pasillo que daba a la habitación donde iba a dormir y cuando la vio en la oscuridad empezó a gritar y a decir que lo estaban espantando.

No durmió y hasta el amanecer estuvo en la sala acompañado de la hermana porque a la habitación no volvió a entrar", relata jocosamente Urón Navarro. 

Agrega que es una muñeca a la que le brota como una energía extraña, con unos ojos que en el día no se le notan pero en la noche pareciera que recobraran vida. Por eso prefieren tenerla encerrada en un armario, para evitar que sus visitas salgan corriendo. 

Una vida dedicada a las antigüedades

Harry Alfonso,después de salir de su natal Convención, fue profesor en los colegios Calasanz, Instituto Nariño y San Juan de la Cruz, retirándose de ese trabajo para irse a Venezuela donde empezó a trabajar con antigüedades. 

Permaneció en Caracas 36 años, junto a su esposa Stela Lara, quien dice que lo inició en ese negocio porque fue criada entre muebles y piezas antiguas en su casa de la calle 10 de Cúcuta.

Regresaron a la ciudad cuando empezó a acentuarse la crisis en Venezuela, país en el que dejaron muchos amigos, recuerdos y parte de su mercancía, obtenida tras años de recorrer diferentes ciudades colombianas, incluidas las poblaciones ribereñas del río Magdalena como Plato, El Banco, Magangué, Zambrano, entre otros.

En esas poblaciones comparaban hacia 1968 rocolaso tragamonedas, Vitrolas, fonógrafos, para venderlos en su almacén de Caracas, mercancías que tenían muy buen mercado, con clientes del país y del extranjero.

Llevó coches de caballos Victoria, en los que pasean los turistas en Cartagena, originales y réplicas que fabricaban en Palmira (Valle), por los que le daban como pago un carro cero kilómetros, recuerda Harry.

Piezas únicas

En el apartamento de Harry y Stella aún se conservan piezas únicas de las que les ha costado desprenderse, entre ellas la virgen de La Piedad, que tiene más de un siglo, elaborada en madera; así como la imagen de Santa Rita de Casia originaria de España con más de 90 años de existencia. 

Muchas de las obras las consiguió en el mercado de Las Pulgas, en la avenida 19 con calle 3, en el barrio Las Aguas de Bogotá.

En ese recorrido que más parecía una cacería de piezas antiguas viajaron por Medellín,  Buenaventura, Barranquilla, visitando puertos marítimos y fluviales y comprando lo que les parecía interesante, según el relato del viejo anticuario, propietario de la muñeca que pocos quieren por compañía. 

*Por Eduardo Bautista