El Programa de Alimentación Escolar (PAE) en Cúcuta para el período 2019 fue calculado en 25.363 millones de pesos (60 por ciento más que el de 2018). La licitación ya está en la página digital contratación pública (Secop). En las condiciones se especifica que el plan llegará a 58.021 niños, es decir, que mantendrán la misma matrícula que este año. 

El año pasado la inversión inicial para el PAE fue de 15.569 millones de pesos, es decir, que este año hubo un incremento de 62 por ciento en la asignación de dineros para el programa. Estos recursos son financiados a través del Sistema General de Participaciones, recursos propios, y del Sistema General de Regalías.

En el pliego de condiciones se explica que el contrato se suscribe a 160 días del calendario escolar, es decir, 60 días más que lapso escolar 2018 cuando el servicio contratado fue por 100 días. El calendario escolar dura 180 días, es decir, que solamente faltarían 20 días para completar el servicio.

Según el cronograma de licitación, la presentación de las propuestas serán recibidas del 2 al 8 de enero, hasta las 8:30 a.m. La audiencia de adjudicación o declaratoria de desierta se tiene prevista para el 21 de enero.

La celebración del contrato sería el 23 de enero, y posteriormente el operador tendrá un lapso de 10 días para ajustar el alistamiento del comienzo del servicio. Esto quiere decir, que el plan alimenticio arrancará aproximadamente para el 6 de febrero. Esta fecha con la condición que se cumplan los plazos establecidos en el cronograma. 

El programa de alimentación en Cúcuta entrega diariamente 42.631 alimentos industrializados, y 15.390 preparados en el sitio, tipo almuerzos.

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Priorización 

La secretaría de Educación, a través de la que se está haciendo el proceso de licitación, pidió a los colegios hacer selección de beneficiaros del programa para hacer mejor aprovechamiento.

Sin embargo, existen unos lineamientos nacionales para la priorización de los niños que deben recibir obligatoriamente el beneficio. Los estudiantes de la zona rural, los de jornada única, desplazados, estudiantes de transición y así sucesivamente hasta undécimo. 

En algunas escuelas han adoptado la estrategia de consultarles a los padres de familia, sobre todo de los primeros grados para ver quiénes ceden los cupos, porque tienen cómo alimentar a los hijos, para de esta forma redistribuir los alimentos entre los estudiantes más vulnerables.

Existe un acta de priorización en la que el Ministerio de Educación especifica cómo se debe hacer esta clasificación.

Las escuelas que más reciben el programa de alimentación son el colegio Carlos Ramírez París, en Antonia Santos, y el Camilo Daza, por ser los que más estudiantes pobres tienen.