Las autoridades locales de tránsito no pasan de calificar de irresponsables a los papás que llevan y traen de las escuelas a sus hijos sin seguridad alguna.

Pero no exigen que se cumplan las normas ni sancionan a nadie con el rigor merecido, pese al evidente peligro mortal de la mayoría de los niños.

Ni siquiera se preocupan porque los niños sean transportados en motocicletas, que están prohibidas para esas actividades.

^{A los estudiantes los recogen sin ningún tipo de precaución: unos van, otros vienen, por la misma vía...}

La norma prohíbe transportar niños menores de 10 años en motocicletas.

Hay casos en que en una moto viaja su conductor con tres niños, y de los cuatro, el único que lleva casco es el adulto. Los niños escasamente pueden aferrarse a quien va delante, para no caer.

Los carros tampoco se salvan: en taxis, también excluidos del transporte escolar, a veces viajan hasta 6 y 7 niños, solo con el conductor, sin otro adulto, como ordenan las normas.

Para Fredy Piñeres,  intendente de la policía de Tránsito, la situación se da por falta de autoridad y por la poca cultura de los papás, que infortunadamente no miden las consecuencias al enviar a sus hijos en el transporte no autorizado.

Aseguró que mensualmente se aplican unos 60 comparendos por este tipo de comportamiento. Sin embargo, todos los días el panorama es el mismo. 

^{Transporte escolar irregular.}

En la mayoría de los casos se alega no tener dinero para pagar una ruta escolar, que puede costar unos 30 mil pesos mensuales y por eso optan por  un mototaxi, que cobra mil pesos por recorrido. 

“Muchas veces, las personas no saben si quienes llevan a sus hijos tienen o no los documentos al día, realmente solo quieren economía”, aseguró Piñeres.

Contratar una ruta tampoco es garantía. Hace solo 15 días, la Policía inmovilizó un vehículo que prestaba servicio escolar con placas venezolanas y no cumplía con los requisitos establecidos para transportar estudiantes.

Otro problema que se presenta por esta situación es la congestión derivada del mal parqueo de quienes recogen a los estudiantes, pues lo hacen en espacios prohibidos, o en doble y hasta triple fila, lo que genera accidentes.

Según la Policía, cada día hay uniformados en colegios priorizados, que facilitan el flujo vehicular, pero nada se logra si los maestros y los papás no ponen de su parte para buscar las soluciones.