Los cucuteños no bajan la cabeza ante las adversidades. La galopante informalidad del 70 por ciento que sacude la ciudad, con el mayor índice en el país, se presenta como el principal reto a vencer para trabajadores y empresarios.

Este miércoles, en el Día del Trabajo, La Opinión recorrió todos los rincones de la ciudad en busca de los trabajadores informales, para saber a qué oficios están dedicados, cuánto tiempo llevan en la actividad y si les ha servicio para sobrevivir.

(Andersón Fabián Torres, 10 años de bracero en Cenabastos.)

Los gremios fueron claros con el Gobierno Nacional, en el sentido de que si no se adoptan políticas urgentes y reales para frenar la informalidad, Cúcuta no va a superar este fenómeno, más ahora cuando la ciudad está convertida en el patio de inmigrantes que cada día llegan en mayor cantidad en busca de oportunidades laborales.

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Para los trabajadores, las autoridades locales están en mora de enderezar el camino en materia de políticas de generación de empleo, porque hace rato no se ofrecen oportunidades reales en las que una familia pueda  obtener el sustento con un trabajo decente.

En este especial del Día del Trabajo presentamos a nuestros lectores distintos puntos de vista sobre cómo está el fenómeno de la informalidad en la capital nortesantandereana.

(Luis Carlos León, oriundo de San Gil, lleva 40 años ejerciendo el oficio de albañilería en Cúcuta.)

Hay que hacer algo urgente: gremios

Los representantes de Acopi y Fenalco Norte de Santander, Jairo Pulecio y Gladys Navarro, respectivamente, urgieron al Gobierno Nacional para que implemente políticas con las cuales se pueda superar la alta informalidad que sacude a Cúcuta, hoy en el 70 por ciento.

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Pulecio dijo que frente al fenómeno de la informalidad desde su sector se le ha insistido al Gobierno Nacional que se hace necesario estas políticas públicas para que generen empleo, pero no hacia las grandes empresas, sino en las pequeñas entre 1 y 20 empleados, que son las que impulsan la mano de obra.

(Freddy García, 15 años en oficios varios.)

Mientras sigamos teniendo políticas que solo favorecen a las compañías por encima de los 200 empleados, la generación de empleo formal no va a sentirse, porque todos los temas de crédito, de beneficios, descuentos tributarios, van es para grandes empresas, dijo el líder gremial.

Es mucho más fácil que se generen 1.000 empleos en pequeñas empresas, a que haya dos empresas grandes que contraten esta cantidad.

Pulecio explicó que el empleado informal es aquel que no teniendo  estabilidad laboral, pues obviamente tiene que salir a la calle para sobrevivir en oficios que van desde ventas de pasteles, peluquerías, comercio informal, porque la gente tiene que buscar la forma de sobrevivir.

Acopi seguirá insistiendo al Gobierno Nacional que la forma de reducir el trabajo informal es  haciendo políticas públicas para empresa pequeñas, que son las que generan el 87 por ciento del empleo en todo el país, dijo Pulecio.

Subrayó que mientras esas políticas no se generen cualquier esfuerzo será en vano. En el gobierno pasado lo que funcionó fue la política del primer empleo, dijo.

Por su parte, Navarro dijo que la informalidad no es nueva en una ciudad de frontera como Cúcuta.

(Marilú Fernández, completó 40 años vendiendo hojas de bijao en la Nueva Sexta.)

Dijo que si la pudiéramos medir con los connacionales que están llegando a Cúcuta procedentes de Venezuela, con los que están adquiriendo el estatus de ciudadanos colombianos, obviamente que la cifra fuera mucho mayor a 70%.

Los empresarios necesitan focalizar algunas actividades económicas que con ayuda y con misiones comerciales hagan intercambio de experiencia que les permita incursionar en nuevos mercados e irrumpir con más trabajo decente en sus empresas.

Dijo que es con la industria manufacturera que en un momento determinado se puede disminuir esa brecha de informalidad.

En estos momentos se requieren ayudas para que el sector empresarial sostengan el actual empleo.