Aunque los ciudadanos son conscientes de la necesidad de prepararse para afrontar emergencias reales, ayer en el simulacro no todos actuaron con sentido de pertenencia.

Para Jorge Sepúlveda, trabajador de Happy City Unicentro, estos eventos mejoran la respuesta en situaciones reales de estrés. Tenemos que tener en cuenta que de nuestra preparación depende la vida de  nuestros visitantes,  con quienes tenemos el deber de dirigirlos hacia las rutas de evacuación, dijo.

Diana Serrano, visitante al centro comercial, señaló que el simulacro la tomó por sorpresa. Ella admite que Cúcuta es una ciudad con predisposición a los sismos y por ello es muy importante conocer las rutas de evacuación del lugar donde vivimos, nuestros puestos de trabajo y, más aún, de los centros comerciales, donde hay tantas personas.

Cuando se activó la alarma, en Unicentro se hallaban 84 visitantes, 35 miembros administrativos y los colaboradores de los locales, quienes evacuaron en un tiempo de 4.4 minutos, uno de los más aplicados en el ejercicio.

Otro punto de encuentro fue el parque Santander. Allí, José Elías Duarte, quien caminaba a la hora del simulacro, dijo que faltó promoción. 

“En una catástrofe real, las paredes no solo les caen encima a los empleados; a quienes caminamos por la calle también, luego entonces debe replantearse el ejercicio”, dijo Duarte.

La docente María Luisa Torrado dijo que el sector educativo debe jugar un papel importante en la prevención del riesgo y, en este sentido, sugirió incluir una cátedra en todos los planteles de la ciudad para que se instruya a los niños sobre cómo actuar en  una emergencia.

Entre tanto, para el arquitecto Jaime García, es vital que se conozca la sísmica de la ciudad, para saber en qué tierra estamos parados.