Que ninguna mujer embarazada y ningún niño salgan de los comedores de caridad sin comer es la prioridad para la iglesia católica en Cúcuta.

Cada plato de comida proviene de la caridad y el apoyo que brindan decenas de ciudadanos a los inmigrantes, con un balance de más de 370 mil raciones entregadas tanto en la Casa de paso Divina Providencia, como en 14 comedores más.

Para monseñor Víctor Manuel Ochoa, “son cifras que hablan muy bien de la ciudad y de su espíritu generoso”.

“El gran esfuerzo lo está haciendo Cúcuta: los industriales, los comerciantes, las mamás y papás de movimientos apostólicos, de parroquias, son los que están atendiendo”, dijo, y resaltó que estas acciones redundarán “en bendiciones para esta ciudad, que ya me las imagino”.

Agregó que con las actividades desarrolladas por esta iglesia se ha fortalecido la credibilidad de la misma.

“La caridad, decía el papa Benedicto XVI, nos hace creíbles”, afirmó. “Yo creo que esta crisis ha hecho creíble a la iglesia de Cúcuta por el trabajo, por la acción caritativa, y eso es lo que nos corresponde hacer”.

Según monseñor, esa gratitud ha tenido gran efecto en los venezolanos que valoran “la presa humilde, la presa del viajero” que, cuando se acaba se convierte en arroz con huevo, pasta con atún, “pero nadie se va sin comer”.

“Yo participé en una celebración en San Cristóbal y la gratitud de esta gente de Venezuela para con Cúcuta, no con el obispo, es impresionante”, declaró. “Eso quedará para la historia”.

De no haber sido por el aporte de la iglesia católica, monseñor teme que se habría desatado “un gran drama social para Cúcuta, incluso con violencia”, aunque el drama humano aún no cesa. 

Pensar en los jóvenes

De otra parte, monseñor señaló que una de las metas que deberá cumplir Cúcuta es pensar en los jóvenes y sacar partido de las posibilidades con los inmigrantes.

“Repasando las cifras vemos que un 55 por ciento son jóvenes entre los 0 y los 18 años, y eso es un reto inmenso”, dijo. “Uno de los grandes grupos de migrantes de retorno son jóvenes venezolanos y creo que en eso tenemos que estar muy atentos, porque es una gran oportunidad para Cúcuta”.

Manifestó que es momento de que el Gobierno Nacional haga grandes inversiones en la ciudad, en materia de empleo, trabajo serio, e infraestructura de transporte y eso haría de esta ciudad “una gran fortaleza de trabajo y oportunidades. Todos los cucuteños tenemos que trabajar y poner de nuestra parte en ese cuidado de la juventud”.

En este sentido, resaltó la capacidad de trabajo de los cucuteños, “perezosos no son; trabajan”, y destacó la creatividad y oportunidades de transformación e integración.