Aunque parezca un negocio de rebusque, el chance ilegal puede mover hasta $1.000 millones cada mes. Las autoridades poco persiguen este negocio ilegal.

El chance blanco, como se le conoce en el país al chance ilegal, en el reglón de las mafias, es una de las actividades ilícitas más lucrativas y menos perseguidas por las autoridades en Norte de Santander.

O por lo menos así lo revelan las estadísticas: entre 2008 y 2015, 16 personas están siendo investigadas por este delito, según lo reveló la Fiscalía, seccional Norte de Santander.

Si se evalúa judicialmente el tema, en 7 años dos personas están en etapa de juicio, solo una está siendo procesada y ninguna ha ido a prisión por este delito, lo que demuestra el bajo castigo. Lo segundo a tener en cuenta, es que los investigados son detenidos simplemente por llevar talonarios en sus bolsillos.

‘jugosa’ premiación

El blanco se vende a domicilio o en cualquier esquina o tienda, es cambiante en su modalidad pero su comercialización se extiende a los parques y plazas de mercado.

El negocio es tan cauteloso que quienes lo venden suelen hacerlo a personas conocidas para evitar la ley. Incluso, este chance puede llegar hasta las puertas de su casa de manos de un conocido.

Según el gerente de Apuestas Cúcuta 75 J.J.Pita, Reinaldo Rojas, más de $1.000 millones podrían venderse mensualmente a través de estas apuestas. La cifra, según él, es un promedio bajo de lo que en realidad podría manejar esta mafia, que puede distribuir hasta unos 90 mil boletos de chance diario.  

Consultados, allegados al negocio del chance blanco, aseguran que podrían pagarse premios superiores a los $70 millones diarios.

Por $1.000 se pagan premios hasta de $500.000. Sin embargo, estas apuestas son invisibles para las autoridades porque no existen denuncias, informó el comandante de la Policía Metropolitana de Cúcuta, coronel Jaime Barrera.

A juicio del oficial, una de las estrategias en el mercado del chance ilegal es fidelizar a sus compradores cumpliendo con los premios.

Barrera aseguró que esta actividad es difícil de investigar, “no porque existan grandes capos”, sino porque no se conocen reclamos ni denuncias de los apostadores, además porque son cadenas muy largas de flujo de dinero.

¿Cómo operan?

Escudriñar la mafia del chance ilegal, además de difícil, es sumamente peligroso, dijo el gerente de Apuestas Cúcuta 75 J.J. Pita.

Óscar*, quien trabajó para el chance ilegal y conoció de cerca la manera como se distribuyen las boletas de blanco, dice que “siempre ha sido igual” y que dentro de las organizaciones se guarda un pacto de silencio.

Explicó que las redes buscan sobre todo a personas necesitadas económicamente como vendedores de lotería legal, personas de la tercera edad o madres cabeza de familia, porque de alguna manera esta gente genera confianza.

“Influye mucho la confianza del cliente con el vendedor”, dice Oscar.

Al igual que el chance legal, los apostadores tienen las mismas reglas de juego:  ganan por números combinados (en cualquier orden), pleno (en orden) y algunas apuestas son de cuatro dígitos (superplenos).

Estos pagos suelen hacerse bajo fachadas. Todo se oculta en negocios aparentemente legales. Se usan pequeñas facturas como empeños o de compra de comidas, panaderías, viajes de turismo o ropa para despistar a las autoridades.

Según Rojas, las autoridades han colaborado frente a la competencia desleal que traen las apuestas ilegales. “La Fiscalía, la Policía y la Secretaría de Hacienda hacen operaciones de control, pero esto es un tema de nunca acabar. Esto no empezó ahora, siempre ha estado en la historia”, relató el empresario del chance.

En el blanco, los vendedores pagan los premios pequeños y las sumas más gruesas se pagan en lugares reservados.

Los peligros del chance ilegal

No es secreto que las mafias del chance ilegal son peligrosas, ni el mismo gerente de Apuestas Cúcuta 75 se atreve a denunciarlas.

Al menos el 75 por ciento de las redes del negocio circulan en Cúcuta y le sigue la provincia de Ocaña, siendo la ciudad más invadida por las apuestas de ‘blanco’ en el departamento.

Rojas aseguró que su compañía cambió de estrategia contra los ilegales por temor a atentados. “Ahora evitamos estar investigando, las estamos combatiendo comercialmente. Las pesquisas que las hagan las autoridades”, señaló el gerente.

¿Qué dice la policía?

Para el coronel Barrera el negocio del chance ilegal ha ido mermando en los últimos años.

“En otras épocas era mucho más intensa esta actividad y era mucho más el porcentaje de ganancia. Consideramos que mucho de este chance está hacia el sector de la frontera”, aseguró.

El uniformado contó que los puentes internacionales son invadidos por este ilícito, donde empresas de chance legales (de Venezuela), pasan a Villa del Rosario y a El Escobal, donde no tienen permiso para funcionar.

“No tenemos el dato exacto de cuánto puede mover, lo que sí es cierto es que hay inicios de unas investigaciones… pero digamos que también necesitamos que la gente nos dé información”, informó Barrera.

Los atentados

Tratar de combatir el chance blanco y sus redes es peligroso.

Cuenta Rojas, que como empresario, algún tiempo presionó a las autoridades para que se combatiera a los ilegales, pero encontró amenazas. Por eso ahora prefiere combatirlas comercialmente.

La guerra en este negocio mató en 1997 a su papá Samuel Sánchez y a uno de los pioneros en las apuestas de esta ciudad, Juan José Pita Martínez, caso por el que el mismo Rojas fue investigado pero del cual fue absuelto. La violencia recrudeció en el chance hacia el año 2000.

En 2011 el narcotraficante Juan Carlos ‘El Tuso’ Sierra declaró en la Fiscalía que el chance legal de Cúcuta había sido filtrado por los jefes paramilitares de la época. Las declaraciones fueron desmentidas por el ya controvertido gerente que salió a desmentir la noticia a la prensa.
 
Pierde la salud

La salud de los colombianos, en este caso de los nortesantandereanos es la que más pierde con el blanco. El chance legal, además de generar en el departamento unos $520 millones mensuales a la salud también aporta a la generación de empleos para la ciudad.

*Nombre cambiado por solicitud de la fuente.

Así empezó el negocio del chance

Conocedores del negocio ilegal aseguran que para hablar del chance blanco primero debe reconocerse que toda rifa, apuesta, incluso, el mismo chance legal, alguna vez fue un juego de azar irregular y no controlado por las autoridades.

El chance llegó a Cúcuta por Antioquia en 1970. La gente jugaba en centavos. Nadie sabía qué era, pero era muy fácil de apostar y de ganar, recuerda Rojas.

En aquella época las primeras y más reconocidas apuestas de chance se llamaban El Rey, Apuestas Betinín, El Trébol y el chance Santander. Hacia 1980, el Gobierno Nacional intervino en estos negocios de apuestas y les ordenó regularizarse y tributar.

Hubo una gran cantidad de licencias. La primera licencia que dieron de chance en Colombia fue para Norte de Santander.

Atraídos por el negocio, otros empresarios crearon otras 14 apuestas que circulaban en Cúcuta. Algunas de ellas eran La Herradura, Rojo y Negro, La Abejita, entre otras, que con las competencias desleales se fueron desapareciendo hasta quedar en el año 1988 solo tres: Apuestas Santander, la Frontera y Cúcuta 75. Luego, estas tres se fusionaron en Apuestas Cúcuta 75 de las familias Morales, Pita y Rojas.