Uno de los problemas que se ha identificado en el sector rural de Cúcuta, tiene que ver con la baja productividad y la desconexión entre el campo y la ciudad, lo cual conlleva a unas bajas rentabilidades para los campesinos y, por supuesto, a agrandar aún más la brecha de pobreza en el sector primario. 

Por ello, una de las tareas que ha iniciado la Alcaldía para dinamizar el campo en el corto plazo, busca tender puentes entre los productores agropecuarios y las plazas de mercado de la ciudad, lo que ha permitido que se dé una compra directa de productos, reduciendo la intermediación y mejorando los márgenes de ganancia para los campesinos. 

Los corregimientos producen una cantidad de productos que, teniendo en cuenta que el 93% del territorio de Cúcuta es rural, abren una posibilidad muy grande de empleo y de mejoramiento de las condiciones de vida de quienes allí habitan.  

En la zona rural, el río Zulia ofrece maravillosos paisajes en Buena Esperanza; en Ricaurte, la temperatura es un poco más fresca que en Cúcuta; Guaramito tiene paisajes maravillosos, en Banco de Arena se come buen pescado y llegar a Palmarito en canoa es una experiencia turística sin igual para cualquier citadino. Sin embargo, ese potencial no ha sido explotado plenamente a lo largo de los años.

Esta indiferencia histórica con el sector rural será atacada con la estrategia ‘Cúcuta rural, conexión campo – ciudad’, anunció el alcalde Jairo Yáñez..

Los primeros pasos en esta dirección ya se dieron con la  visita  de más de 60 fincas en 8 corregimientos, lo que ha permitido que se realicen compras directas de productos como yuca, plátano, auyama, melón, naranja, limón, papaya, guayaba, maracuyá y mango, productos que luego han llegado a las diferentes plazas de la ciudad. 

Este ambicioso proyecto será en corto tiempo complementado con los procesos de transformación de alimentos producidos en el campo y transportados en forma logística competitiva, que tendrán oportunidad no solo de venderse en la ciudad de Cúcuta, sino en otras ciudades capitales del país, indicó Yáñez.

Actualmente, a través de la Secretaría de Desarrollo Social, se están adelantando procesos para fortalecer la producción agropecuaria desde diferentes enfoques, llevando a cabo alianzas con actores locales. 

En ese sentido se podrían mencionar convenios con universidades para el análisis de suelos que permitan conocer a profundidad las características de la tierra y con base en ello planificar técnicamente fertilizaciones o enmiendas.

De igual forma, también se adelantan esfuerzos para lograr una caracterización completa de las diferentes producciones que existen en el área rural, con el objetivo de tender puentes con compradores, así como para identificar brechas y oportunidades, dijo Yáñez. Por otra parte, se han hecho acercamientos con el Banco Agrario para facilitar el acceso de los productores a créditos con mejores tasas.

Uno de los cultivos más promisorios por su demanda a nivel nacional e internacional y por las condiciones climáticas que hay en la zona, es el del cacao. Por eso, la alcaldía adelanta esfuerzos encaminados a elevar el número de hectáreas sembradas en Palmarito, aumentar la productividad por hectárea y fortalecer procesos de valor agregado que hoy ya avanzan.

Un ejemplo de ello es la Asociación de Cacaoteros de Palmarito, que transforma parte de su cacao para producir y comercializar diferentes tipos de chocolates, precisó el gobernante local. 

El principal cultivo de la ciudad, si se analiza por número de hectáreas sembradas, es el arroz. Allí los esfuerzos de la Alcaldía van principalmente encaminados a aumentar la productividad, pues actualmente, en promedio, se están produciendo alrededor de 5.5 toneladas por hectárea, cifra ligeramente inferior a los promedios del Tolima o Huila, y significativamente por debajo de países como Uruguay o Estados Unidos. 

Considerando que dentro de la ciudad hay productores que siguiendo las mejores prácticas disponibles alcanzan rendimientos superiores a 8 toneladas, sabemos que es posibles ser competitivos, indicó Juan Diego Peña, Subsecretario de Productividad y Competitividad de la Alcaldía.

Ajustar las fechas de siembra para que coincidan con la oferta ambiental apropiada, el uso de semillas certificadas, hacer rotación temporal de cultivos para disminuir la presión de malezas y renovar las propiedades del suelo, así como la adopción de nuevos procesos de preparación, hacen parte de las prácticas exitosas que se deben replicar, subrayó el funcionario.

Acercar la institucionalidad a los corregimientos a través de los días de atención descentralizada en los que las diferentes secretarías ofrecen su portafolio de servicios directamente en el territorio, hace parte de  la estrategia, dijo Yáñez.

Asimismo, radelantar días de campo para hacer transferencias de mejores prácticas agropecuarias. En esta, se llevan agricultores de algunos corregimientos a aprender directamente de otros productores que son altamente productivos, quienes comparten sus procesos y experiencias.

Y desde los Mercados libres, que han permitido que 58 productores de nuestra zona rural vendan sus productos a precios más justos sin la necesidad de intermediarios.