Cúcuta es una ciudad en donde los universitarios conviven con un bajo costo de vida y un buen ambiente. Sin embargo, los futuros profesionales deben saber que la tasa de empleabilidad de la ciudad y la calidad de la educación superior es baja.

Estos resultados los dio a conocer el Índice Cómo Vamos de Ciudades Universitarias (ICU) de 2017. El estudio analiza las condiciones de vida y estudio de los universitarios de 13 ciudades del país.

El informe analiza 19 variables en cinco dimensiones evaluando el concepto de “ciudad universitaria”, integrando aspectos como el ambiente universitario, la calidad de la educación superior, el costo de vida, la empleabilidad de los egresados y la calidad de vida en las ciudades.

Luis Hernán Sáenz, coordinador nacional de la Red de Ciudades Cómo Vamos, explicó que el índice no evalúa a las instituciones educativas sino la relación entre la educación y las condiciones de vida de las ciudades.

Para la construcción del ICU 2018, se incluyeron datos provenientes del Ministerio de Educación Nacional, el Instituto Colombiano para el Fomento de la Educación Superior (Icfes), el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane), la QS Latinoamérica (escalafones de universidades); así como las encuestas hechas por la red en 13 capitales (Armenia, Barranquilla, Bogotá, Bucaramanga, Cali, Cartagena, Cúcuta, Ibagué, Manizales, Medellín, Pereira, Quibdó y Santa Marta).

Antepenúltimos 

Según los resultados generales de 2017, Cúcuta se ubica en el puesto 12 entre las 13 ciudades evaluadas. El puntaje que obtuvo la ciudad es de 41,71, mientras que a nivel nacional el promedio es de 54,08.

El resultado de la ciudad, según Sáenz, se debe a que algunos componentes estan ligados a los resultados de la encuesta de percepción ciudadana realizada por la red en Cúcuta.

“Las ciudades pequeñas ofrecen mejores costos y calidad de vida que las grandes urbes, sin embargo, en calidad y empleabilidad son Bogotá y Medellín las que tienen mejores indicadores”, manifestó.

Sáenz añadió que Cúcuta tiene retos importantes en mejorar la calidad de la educación superior y ofrecer una mejor calidad de vida a los estudiantes; porque a pesar de que hay un bajo costo de vida, esto no se debe a que haya facilidades o subsidios en temas como transporte o alimentación.

Mario Zambrano, director del programa Cúcuta Cómo Vamos, resaltó que aunque en la ciudad se han hecho esfuerzos de parte de los actores e instituciones regionales encargados, sigue estando rezagada.

“Debemos enfocar la educación hacia el contexto de la ciudad, porque este afecta a los indicadores”, manifestó Zambrano y añadió que las instituciones locales son un reflejo de la realidad socioeconómica que vive la capital de Norte de Santander.

“Debemos seguir avanzando en mejorar la calidad de la educación superior dados los retos que tenemos en términos de desarrollo y competitividad, como mejorar la calidad de vida, reducir la pobreza , favorecer la movilidad social y mejorar la productividad”, añadió el director del programa.

Cúcuta desde el 2014, que se entregan los resultados del estudio, siempre ha estado entre las tres últimas ciudades, a pesar de que ha mejorado levemente los resultados año tras año.

Según los resultados del ICU, el indicador que más subió para 2017 fue el de ambiente universitario (17 %), mientras el que más disminuyó fue el de empleabilidad (36 %).

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Desempleo juvenil

El director del Dane, Juan Daniel Oviedo, informó que la tasa de desempleo juvenil (entre 14 y 28 años) durante el 2018 en Cúcuta fue de 24,8 %, la cual estuvo ocho puntos porcentuales por encima del total nacional (16,9 %).

Esto quiere decir que dos de cada diez jóvenes en la ciudad no tiene empleo, a pesar de contar con un título universitario.

Zambrano dijo que la baja calidad y poca empleabilidad de las instituciones educativas alimentan los “círculos viciosos” de desempleo, informalidad (poca calidad del empleo), falta de oportunidades y pobreza en sus distintas mediciones en Cúcuta.

Esta situación también impulsa la  fuga de capital humano, por lo que “termina perdiendo la sociedad y la economía de la región”.

Finalmente, Sáenz agregó que el gran reto para generar empleo en los jóvenes debe ser determinar la pertinencia de la educación. “Es una deuda general en el país, mejorar el cómo se diseña la oferta de educación superior, porque esta no va en concordancia con lo que requiere el mercado laboral, allí las universidades tienen que identificar las posibilidades”, puntualizó.