Por el temor  de una posible agresión a terceros y por las pólizas de seguros que deben pagar los dueños, al menos 15 perros de raza brava han sido entregados voluntariamente a la Fundación Manantial, en lo que lleva de vigencia el nuevo Código de Policía.

La norma contempla deberes que los amos de estas mascotas deben cumplir estrictamente, como pólizas de seguros que amparen contra lesiones a terceros.

Por esta obligación es que las fundaciones protectoras empezaron a recibir en adopción a caninos potencialmente peligrosos.

En esta clasificación, según el nuevo Código de Policía, se encuentran razas como American Staffordshire Terrier, Bullmastiff, Dóberman, Dogo Argentino, Dogo de Burdeos, Fila Brasileiro, Mastín Napolitano, Bull Terrier, American Pit Bull Terrier, Rottweiler, Staffordshire Terrier y Tosa Japonés.

Para entrar en sintonía con la nueva normatividad, Lina Reyes, defensora de animales, dirigió un taller con el objetivo de informar y aclarar sobre los derechos y la protección de los perros, como de la buena convivencia, ya que el nuevo Código de Policía hace referencia de la responsabilidad que deben tener los dueños de perros ‘peligrosos’ y de las consecuencias de no acatar la norma.

En el taller, dictado por miembros de la Fundación Mi Mejor Amigo, se referenció el Código de Policía, porque este ha causado pánico en muchos dueños de perros en la ciudad, dijo Reyes.

Agregó que hay temor en la sociedad porque razas potencialmente peligrosas es una estigmatización para los caninos.

Allan Hernández, dueño de tres perros asistió al taller. Este encuentro sirvió para aclarar muchas dudas respecto a los perros potencialmente peligrosos que se encuentra en el nuevo Código de Policía, afirmó.