Aunque se ha presentado una reducción de 51 por ciento en la tasa de homicidios por cada cien mil habitantes, en Cúcuta el fantasma de inseguridad no desaparece del todo, se mantiene latente y ahora más con la frontera abierta.

Esta es la percepción al conocerse los resultados del programa Cúcuta Cómo Vamos en Seguridad, cuyos resultados correspondientes a 2014 y 2015 fueron dados a conocer en un acto especial en el auditorio de la Universidad Libre.

El coordinador del programa, Mario Zambrano, dijo que más que el homicidio, la mala percepción en materia de seguridad la marcan los hurtos (73%) y la violencia intrafamiliar (332 casos en 2015 frente a 205 en 2014).

No obstante este registro, el secretario de Seguridad de Cúcuta, Mauricio Franco, reveló que el fenómeno de las ollas (venta de sustancias sicoactivas) está disparado en la ciudad. “Ya no podemos hablar que se trata de microtráfico, sino de macrotráfico. Por este motivo recibimos la mayor cantidad de quejas de la ciudad”.

Según la encuesta de percepción ciudadana, las causas de muerte violentas en la ciudad, las ocasionadas por armas de fuego ostentan la mayor frecuencia en todo el periodo. Mientras en 2014 fueron 25 frente a solo 4 por arma blanca, en 2015 contabilizaron 23 frente a solo 3 con arma blanca.

El hurto del celular representa el mayor impacto en la ciudad, con 52 por ciento.

En cuanto al delito de extorsión se registró un aumento en la tasa por cada ciento mil habitantes en el periodo 2014-2015, al pasar de 13 a 15 casos.

La percepción sobre si las autoridades están trabajando para lograr un barrio más seguro fue a la baja en el mismo periodo al pasar del 30 por ciento al 20.

Similar condición  se produjo en la pregunta de si están satisfechos del plan de cuadrantes al pasar del 43 por ciento en 2014 al 34 por ciento en 2015.

Para los voceros de las entidades promotoras del programa Cúcuta Cómo Vamos (Cámara de Comercio, Fundación Corona, Universidad Libre, Findeter, Fundescat y el diario La Opinión), es un hecho que las autoridades están haciendo esfuerzos por mejorar las condiciones de seguridad, pero en este propósito se hace necesario estrechar más la alianza policía-alcaldía-ciudadanía-academia.

El reto es grande, más ahora que se reabrió la frontera, que derivó en una sensación de inseguridad por la gran cantidad de ciudadanos venezolanos que ha ingresado a la ciudad, dijo Zambrano.

La Opinión