Cúcuta adoptó su último Plan de Ordenamiento Territorial (POT) en 2001 y el mismo fue proyectado a 12 años, lo que quiere decir que la carta de navegación de la ciudad ya está desfasada dos años. Se espera que la nueva administración municipal asuma de entrada el ajuste del mismo y para ello ya cuenta con el estudio adelantado por el gremio de los constructores.

La Opinión entrevistó a la directora de Camacol Cúcuta y Noriente, Margarita Contreras, y al experto en urbanismo, arquitecto Jose Alfredo Suárez Ospina, quienes formaron parte del equipo que se encargó de estructurar el diagnóstico del nuevo POT que se necesita para la capital nortesantandereana.

¿Qué fue lo que se hizo?

En el estudio de más de seis meses descubrimos que no hay coherencia en el tema de asignación de uso del suelo y lo que se ha venido aplicando es más una continuidad de un documento que ya expiró; ello exige un inminente replanteamiento para direccionar el crecimiento de la ciudad de una manera más coherente, porque Cúcuta forma parte de un área metropolitana y ello, así nosotros no tengamos injerencia en los asuntos territoriales de los demás municipios, obliga a que las cosas en materia urbanística, de conectividad, competitividad y medio ambiente, se tengan que concertar.

¿Hacia dónde debe apuntar la ciudad?

Debe encajar en la estrategia del clúster, dado que la asignación actual de suelo no tiene nada que ver con esta temática. La Cámara de Comercio está hablando de clúster de turismo en salud, de calzado y confecciones y el de arcillas competitivas, porque en productividad estamos grave.

¿Esto qué demanda que se haga?

No solo basta especializarnos en arcillas competitivas, por ejemplo, el clúster exige que se ofrezcan las condiciones adecuadas para que este sector se desarrolle a la par con otra serie de cosas, entre otras disponer de sitios adecuados para el hospedaje de los empresarios, tener centros de negocios, sitios para entretenimiento y relajación.

¿Qué se plantea en materia de conectividad?

La ONU publicó el reporte del estado de las ciudades en Colombia en lo que tiene que ver con el índice de competitividad urbana y en la medición de infraestructura de conectividad y movilidad estamos bien, incluso por encima de Bogotá y del promedio, sin embargo, nos falta un poco más de integración con nuestro socio inmediato Bucaramanga y en ello ya se avanza con la construcción de las vías de cuarta generación.

¿Y en movilidad en qué estamos?

Hay que revisar el sector, porque todos sabemos que no está funcionando. Estamos a la espera del transporte masivo, que según lo que ya se asegura no va a tener carril exclusivo, entonces lo que se avecina es un caos dado que no somos muy disciplinados en las vías. Lo eficiente de este sistema de transporte es que tenga calzada exclusiva, porque no se concibe que tenga una buena velocidad y rendimiento si va a estar compartiendo carril con otros vehículos.

¿Avanzamos o nos estancamos en materia de medio ambiente y sostenibilidad, qué se encontró?

En estas materias estamos en el penúltimo lugar en las 23 capitales del país en las que se hizo la medición por parte de la ONU, es decir, estamos gravísimos y en ello se propone un Plan de Ordenamiento Territorial que sea coherente y que ajuste aspectos como espacio público, zonas verdes y agua, entre otros.

¿Qué se plantea para la construcción?

Cúcuta necesita un estudio de microzonificación sísmica urgente, para que ese índice de construcción que permite construir tantos pisos en un predio sea coherente con el suelo y la capacidad de soporte, cuyas características en Cúcuta son de arcillas expansivas y, lo peor, con multiples fallas geológicas como la de Boconó.

¿Qué se debe hacer para los que hoy viven en zonas de riesgo por deslizamientos?

Reubicación. Se debe hacer un ajuste al POT en ese sentido, ya que hay mucha gente viviendo en las laderas en condiciones no seguras.

Renovación urbana

^{Las nuevas urbanizaciones que se construyan en Cúcuta deben ser coherentes tanto en uso de suelo como en el cumplimiento de normas de espacio público, para hacerlas más dinámicas con la gente.}

Los expertos encargados de trazar los lineamientos y estrategias para el POT de Cúcuta sugirieron al entrante alcalde César Rojas que se emprenda un proceso de renovación urbana en algunos sectores de la ciudad como Magdalena, Gaitán, El Callejón, La Sexta, La Playa, El Contento y El Llano, porque ya en ellos hay, de alguna manera, una belleza implícita en el paisaje urbano.

Señalaron que hay que aprovechar más ese suelo y con ese potencial generar una conciencia a nivel arquitectónico y urbanístico que conlleve a una adecuada mezcla de uso que puede ser vivienda en altura y en baja densidad.

Una vez renovados, esos sectores prometen un gran atractivo no solo para la industria del turismo, sino también para mejorar la calidad de vida de las comunidades que viven allí.

Las escuelas y monumentos 

•En un radio de acción de 200 metros a la redonda de instituciones educativas no deben funcionar bares, discotecas, tabernas, prostíbulos y expendios de licor en general, así como en los alrededores de los inmuebles declarados como monumentos nacionales, servicios hoteleros y los lados de las manzanas frontales correspondientes a cada uno de estos.

Sedes culturales y centros médicos

• En un radio de 100 metros contados a partir del sitio en que se encuentren las sedes institucionales en las que funcionen clínicas, hospitales, puestos de salud, bibliotecas, cines y centros de capacitación artesanal estará prohibida la instalación de actividades comerciales y de servicios generadoras de ruido o escándalos, como canchas de tejo, cantinas, billares y talleres de motos, entre otras.

Para los nuevos edificios

• Toda edificación nueva que se construya en la ciudad, deberá levantar rampas de acceso sobre los andenes, antejardines o entradas a las mismas. Las rampas de acceso a estacionamientos deberán tener una inclinación máxima del 20% y en ningún caso podrán obstruir el tráfico peatonal, es decir, la rampa debe proyectarse después del andén. 

Se necesita un centro automotriz

• El estudio de Camacol sugiere la creación en la ciudad de un centro especializado automotriz, lo cual se desprende del fenómeno que se produce en el barrio La Merced, en donde se desplazó por completo a la vivienda por la desbordada invasión del espacio público que protagonizan los talleres de mecánica. Debe redefinirse el uso del suelo y concretarse hacia dónde desplazar lo que allí se genera.

Espacio público

• Si bien se plantean parques lineales como el Pamplonita, Lineal, Avenida Cero, tramo avenida Pinar del Río-Autopista San Antonio,  parques urbanos Las Brujas y Tonchalá, parque urbano Las Flores, parque urbano Las Lomas y Quebrada Seca, se debe ajustar el espacio público a los estándares que sugiere la norma y la Organización Mundial de la Salud, de 15 metros cuadrado por persona y no de 0,73 como ocurre en la actualidad.

La zona industrial

• La zona industrial actual quedó absorbida por la ciudad, no es productiva, debe migrar a unas zonas que estén en conexión con los anillos viales (sector noroccidental y occidental). Hay zonas contaminantes y se debe impedir que los vehículos de carga pesada ingresen a la malla vial urbana a generar contaminación. En la actual zona hay universidades y centros deportivos que no son compatibles con lo que exige la norma. 

*La Opinión