Avivados por las victorias en materia de igualdad de género, las uniones solemnes entre personas del mismo sexo siguen creciendo. 

La notaria Sexta de Cúcuta, Juanita Carrizosa, precisó que en el 2015 solo tres parejas hicieron este pacto ante las instituciones. Sin embargo, el último reporte de la Superintendencia de Notariado y Registro señala que con respecto a 2015, este año las uniones maritales crecieron 5,26% . 

Entre enero de 2015 y enero de este año, 454 parejas homosexuales unieron votos por lo civil.  

Cúcuta se ubicó en el décimo puesto entre 53 municipios del país donde más hubo concentración de uniones maritales de parejas del mismo sexo. Sin contar a Bogotá, Medellín fue la ciudad donde más hubo registros con 83 uniones, representando el 18,28% de los compromisos; Cúcuta ocupó el puesto 10, con 10 uniones. 

Según la directora de la Fundación Libélula, Claudia Patricia Velandia, son las mujeres las que más se atrevieron a registrarse en las notarías. De 10 uniones maritales, 8 fueron entre lesbianas y solo dos entre gais. Para Velandia, es posible que los gais unidos civilmente en Cúcuta sean menos porque aún hay un fuerte arraigo a las costumbres y al machismo, pero considera un éxito que las lesbianas hayan contraído compromisos. 

Según la directora de la Fundación, en su caso no ha contraído unión formal con su pareja porque “ella aún no ha salido del clóset”. Sin embargo, considera que al menos el 40% de la sociedad cucuteña podría tener tendencias homosexuales a escondidas. 

“Para mí era difícil aceptar mi condición, desde que tenía 18 años sentía que me gustaban las mujeres; luego tuve mi pareja heterosexual, pero me daba cuenta de que no era lo mío”, recuerda esta abogada.

Marcela Bosconi, mujer transgénero de 31 años, trabajadora social y pedagoga infantil, asegura que es favorable que cada vez más se atrevan a unirse en las notarías, debido a que las cifras representan garantías para la libertad de expresión de las minorías Lgtbi (lesbianas, gais, bisexuales y personas transgénero). 

“A las personas ya no les da pena salir agarradas de la mano y llegar a una notaría a hacer su registro en folio”, dijo Bosconi. “Llegar a una notaría y unirse con alguien del mismo sexo representa para nosotros un logro de libertad, pero también es la oportunidad de expresar nuestro sentir en la parte erótica y afectiva”.

Para la comunidad Lgtbi, a pesar de lo difícil, Cúcuta es una ciudad donde hay espacios para crecer como comunidad. De hecho hay una Secretaría de Equidad de Género que brinda posibilidades diferentes a las mujeres transgénero, que injustamente solo son empleadas como prostitutas o como peluqueras. 

Según la secretaria de Equidad de Género, Isabel Márquez Rubio, hace unos días se reunió con representantes de estas organizaciones para presentar lo que serán sus propuestas y para escuchar las necesidades de estas comunidades. 

“El propósito es que a través del estudio y la capacitación puedan gestionar créditos por medio del Banco del Progreso y establezcan unidades productivas; sus hijos también podrán acceder a las becas universitarias”, manifestó Márquez Rubio.

Cada vez son más las personas que aceptan su condición sexual, momentos en que la Corte Constitucional vota si da la connotación de matrimonio civil a la unión entre parejas de igual sexo.