El mobiliario de la ciudad se convirtió en el espacio predilecto para que los políticos de turno hagan campaña, situación que ya tiene incomoda a la gente. 

Farolas en los parques, paraderos, mallas de protección, puentes, canales de aguas, contadores de luz, cajas telefónicas, sillas y cualquier cosa está siendo utilizada para la expansión de la contaminación visual. 

Elizabeth Tamayo, quien vive en el centro, dijo que todas las noches salen grupos de personas, sobre todo jóvenes, pegando en las paredes de las casas estos afiches sin el consentimiento de los propietarios. 

“No solo es en el espacio público, no hay pared, muro o hasta árbol al que no le estén pegando toda esa basura. Para despegar esos afiches es difícil porque les echan pegante y eso mancha las paredes”, dijo. 

Lo que más tiene molesta a la comunidad es que tanto derroche de publicidad, en tan poco tiempo, terminará en las calles después de la contienda electoral el 25 de octubre y no en los rellenos sanitarios, porque los políticos se olvidan de recogerlos. 

Según el gerente regional de Aseo Urbano, Ángel García, toda la publicidad abandonada está siendo limpiada. Sin embargo, los costos de la operación no los pagan los políticos, sino que responden los usuarios del servicio. 

García indicó que el costo de limpiar la basura publicitaria es alto para la comunidad. La limpieza de puentes peatonales que han sido cubiertos con propagandas tendrá una frecuencia mayor, con cargo a la tarifa del suscriptor del servicio de aseo.

En cuanto a los postes cubiertos con afiches, la limpieza y lavado de los mismos tendrían un costo de cin co mil pesos cada uno, lo que asciende a un costo total de 525 millones 915 mil pesos, a cargo de los contribuyentes del área metropolitana, pues son 105.183 elementos. 

¿Desconocen la ley?

Según los candidatos César Rojas, Jorge Acevedo y Jairo Cristo —cuyos rostros aparecen retratados en miles de afiches— ellos acatan la ley,  porque quienes pegan los afiches son sus seguidores.

Los candidatos dijeron que no han agotado el máximo de publicidad permitida por la ley y que  están recomendándole a sus seguidores que no peguen afiches en el espacio público. 

César Rojas, Jairo Cristo y Jorge Acevedo, se comprometieron a recoger el material publicitario que está en las calles, queden o no queden electos como alcaldes. 

Solo un candidato a la alcaldía dijo que no ha pegado un solo volante, instalado un pasacalle o ha invadido el espacio público. Se trata de Rafael Romero, candidato del UP, quien dijo que su campaña es ecológica.

Wilfredo Grajales, Carlos Luna y Charles Torres aunque fueron llamados, no contestaron sus líneas de celular. 

Según Henry Hernández, funcionario de la Secretaría de Planeación, sólo 10 por ciento de la publicidad política que se ve en las calles está legalizada. Se intentó conocer cuánta publicidad ha sido retirada de las calles pero ningún funcionario de la secretaría de Gobierno reveló el número. 

En Cúcuta se viola de manera flagrante la ley 140 de 1994, que regula la contaminación visual y establece las condiciones en que puede realizarse la publicidad exterior. 

También el decreto 0743 de julio de este año que fija las condiciones de armonizar la ubicación de elementos alusivos a las campañas con derecho de la comunidad, al uso, goce y disfrute del espacio público y su preservación.