El simulacro que se llevó a cabo en la urbanización Cormoranes, construida por el Gobierno Nacional en 2014, dejó tres enseñanzas básicas que los vecinos tendrán en cuenta en caso de un eventual desastre natural: autocontrol, reacción y calma.

Para las autoridades fue una oportunidad de oro el poder conocer el comportamiento de los vecinos en caso de un terremoto de magnitud 6.8 grados en la escala de ricther, pero también qué tanto conocimiento tienen las comuindades en el tema de emergencias.

La novedad, en esta oportunidad, fue que no estuvo a cargo de los cuerpos de socorro la cordinación de la evacuación de las 3.752 personas que ayer se encontraban en las 37 torres de Cormoranes,sino los mismos líderes de la ciudad que están a la cabeza de los comités barriales de gestión del riesgo de desastres.

Fue como una especie de graduación la que tuvieron para conocerse a símismo qué tanto se aprendió en materia de autocontrol, reacción y estrategia en el manejo de las emergencias.

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Un ejemplo de que sí sirvió la capacitación sobre gestión del riesgo que recibieron de expertos en socorrismo fue la efectiva reacción que demostraron los vecinos de Cormoranes a la hora de activarse las alarmas para proceder con la evacuación de sus apartamentos: 10 minutos y 18 segundos, un tiempo apenas justo ante una tragedia de las dimensiones de un terremoto.

Hombres, mujeres, niños, ancianos y discapacitados evacuaron sus posadas y acudieron a los sitios de encuentro en cuestión de minutos, lo cual facilitó no solo el conteo de las personas de cada una de las torres, sino la labor de los cuerpos de socorro, que ayer demostraron también rigor en la atención de los heridos y en el rescate de las personas que quedaron atrapadas por el fuego que se desató en varios edificios.

El secretario de Gestión del Riesgo de Desastres, Félix Muñoz, dijo que poco a poco los cucuteños van tomando conciencia de lo que significa estar preparados para actuar ante un desastre natural.

Esto quedó demostrado el sábado en el simulacro de Cormoranes, durante el cual comunidad y cuerpos de socorro actuaron con responsabilidad.

“Este es el propósito de estos ejercicios que se van a seguir cumpliendo en todas las comunas de la ciudad, más en una ciudad como la nuestra rodeada de fallas geológicas”, dijo Muñoz.

En esto último, el sismólogo Eduard Zambrano,  llamó la atención de las autoridades para que impulsen más capacitación y recursos para conocer más la sísmica y el subsuelo de Cúcuta.

Un terremoto de magnitud 6.8 grados y a una profundidad de 15 kilómetros tiende a afectar a las poblaciones  más cercanas, en un radio de cincuenta kilómetros, dijo.

El experto explicó que está comprobado que el 40 por ciento de los sismos que ocurren en el país son superficiales, están a menos de 25 kilómetros, lo cual es un llamado para que las entidades departamentales y municipales apoyen el monitoreo permanente de la ciudad.