Hay que hacer algo ya para impedir que la crisis migratoria que estalló hace tres años en la frontera colombo-venezolana siga extendiéndose como una bola de fuego hacia los demás países de la región, generando no solo caos, sino la posibilidad de que se desate una guerra, que sería no solo caótica sino innecesaria.

El llamado, aunque no oficial, porque se hizo en el marco del programa  interno que Naciones Unidas desarrolla en planteles educativos de todo el mundo,  y que para el caso de Cúcuta se cumple con el colegio Carmen Teresiano con el modelo Minucarter, sí caló con fuerza entre los asistentes que participan en el evento.

Por ocho días, este plantel se transforma en la sede de Naciones Unidas, en un ejercicio que involucra a todo el estudiantado desde  junio y que se configura en una asamblea, lo más ajustada a la realidad, con delegados de todos los países que pertenecen a esa institución, al igual que con sus organismos alternos como Unicef, Unesco, Oit, Oms, entre otros.

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El tema central de la asamblea es ‘inmigración regular para un mundo sostenible’.

“No podemos olvidar que estamos en crisis por la inmigración de venezolanos, y por ello estamos haciendo un llamado al mundo para que se cree conciencia del problema que representa este fenómeno”, dijo la embajadora de Colombia, Saray Valeria Lizcano.

En tono conciliador, pero enérgico, Lizcano expuso que en la asamblea planteará la defensa del país para que cese la inmigración de venezolanos.

“Esto no solo está afectando a los cucuteños, a los colombianos, sino a toda Suramérica”, dijo.

 Pero agregó que a este problema irregular hay que ponerle fin, no con una guerra, sino con instrumentos democráticos y de ley que permitan poner orden al flujo migratorio, “como por ejemplo, que el ingreso al país se haga, como en todos los países, con pasaporte, y no como sucede hoy, que todos entran como ‘Pedro por su casa’, precisó Lizcano.

Las embajadoras ante la ONU de Colombia y Venezuela, Saray Valeria Lizcano, y María José Ortiz, respectivamente, dialogan en un receso.

La embajadora de la República Bolivariana de Venezuela, María José Ortiz Duarte, admitió que hay una crisis, pero su país está trabajando aceleradamente para frenar la inmigración de sus connacionales.

El país les ofrece garantías para que desistan de ir a otros países a aventurar. “Vamos a trabajar en estos objetivos”, dijo Ortiz.

Dijo que Venezuela es víctima de una guerra mediática que busca bloquearla económicamente, pero en medio de las dificultades estamos ofreciéndoles a nuestros compatriotas las garantías necesarias para que se queden en el país y no vayan a otra parte.

Para Lizcano, uno de los problemas que más está afectando a los municipios de frontera es la informalidad y la competencia desleal. “Hay mucho desempleo y eso es malo”. Insistió en que una forma de regularizar el ingreso es exigiendo el pasaporte.

Ortiz dijo que su país ya trabaja para dar una solución en este aspecto y, al igual que su homóloga colombiana, también es partidaria en que la crisis se supere por las vías del diálogo. 

Este viernes se continuará debatiendo la crisis migratoria en comisiones, y este sábado en la clausura, a las 2 de la tarde, se conocerá la posición de Naciones Unidas.

“El hecho de estar en una frontera nos obligó a abordar el tema migratorio en el ejercicio de Naciones Unidas, para sensibilizar a los estudiantes en que esto nos está afectando y que cuando se hable de crisis y de guerras no solo hay que mirar hacia  Medio Oriente, aquí tenemos una en nuestro patio”, dijo la presidenta de la asamblea, Karen Juliana Aguilar.