El problema en la entrega de las obras de embellecimiento del Paseo Rojo y Negro, porque los dueños de las casetas de Natilán no abandonaron el espacio público, por fin tuvo una solución.

Según el secretario de Gobierno, Óscar Gerardino, tras una reunión entre los dueños, una comisión de Infraestructura, y el Área Metropolitana, se acordó retirar las casetas metálicas para poder terminar la obra; los caseteros irán a los nuevos locales hechos por la alcaldía.

El compromiso se pactó luego de que la Alcaldía se comprometió a instalar la energía eléctrica.

Así mismo, en los próximos días la Alcaldía iniciará las adecuaciones que hacen falta para entregar los locales en óptimas condiciones. Con esto, se cierra uno de los problemas de invasión más viejos de Cúcuta.

Arnulfo Celis, residente del sector, celebró que las viejas casetas de hojalata se demuelan, porque afean la zona y desvalorizan la inversión departamental de 4.500 millones de pesos del paseo.

Carlos Daniel Navarro, representante de los caseteros, dijo que son 22 vendedores, aunque la alcaldía señala que hay 19 locales disponibles. El punto será resuelto en próximo encuentro.

“Por el momento, llegamos a un acuerdo con el secretario de Gobierno, Planeación  y el Área Metropolitana, de ir a las nuevas casetas cuando  pongan la energía eléctrica; en esa medida vamos pasándonos”, dijo Navarro.

El contratista, Alonso Rincón, se comprometió a terminar la obra en dos meses, después de que se instale la energía en los nuevos locales.

Los vendedores dijeron estar satisfechos con el acuerdo. Julia Eliza Pérez, una de las dueñas, dijo que hace 35 años llegó a vender fritanga en ese sitio; primero, se instalaron carpas y luego el Gobierno les permitió instalar las carpas de gaseosas. El compromiso pactado en esa época fue que los vendedores pagarían el impuesto de Industria y Comercio. Con ese argumento, los comerciantes dicen cumplir con la ley.

Pérez dijo que siempre han querido organizarse y que esta es la oportunidad para generar empleo.

Los comerciantes se comprometieron a no volver a invadir el espacio público y a cuidar el que recibirán.

Aunque el viernes no se tocó el punto sobre cómo operarán en el sector, los caseteros no mostraron mayor interés en pagar un arriendo por el local que se les entrega. Dijeron que pagarán una suma módica por el espacio.

“Ese es un tema que vamos a discutir la otra semana, porque no sabemos si vamos a tener los locales en comodato, o de qué manera vamos a funcionar”, indicó

Efren Pacheco, representante del Área Metropolitana, dijo que se concilió primero que los dueños permitan seguir la programación de las obras en ejecución del Paseo Rojo y Negro. Se construirán unos baños públicos y unos mesones para darle complemento a los  locales.

El proyecto, que supera los $4.500 millones fue financiado con aportes del Departamento para la Prosperidad Social (DPS), el cual aportó $4.581 millones, y de la Gobernación, 150 millones.

Primera Etapa de Atalaya  y Comuneros, son los barrios mayor beneficiados de estas obras, pues allí se mejoraron escenarios deportivos.

*La Opinión