Hace tres meses, cuando la Alcaldía entregó 19 casetas a igual número de vendedores en El Natilan, en la Primera Etapa de Atalaya, las dio sin energía eléctrica ni acueducto.

Los vendedores, que llevaban por casi  dos años esperando el traslado a las nuevas estructuras se pasaron sin ningún reparo, pese a que aún había otros asuntos pendientes en las obras, como la terminación de los baños y el cambio de pisos.

Como vieron que la Alcaldía no agilizó las soluciones, los vendedores tuvieron que instalar la electricidad. Hasta  hace dos semanas les instalaron el agua.

“A nosotros nos prometieron que nos iban a arreglar los pisos, pero nos quedamos esperando y no hubo respuesta. Por eso nosotros empezamos a pavimentar los pasillos de nuestro propio bolsillo”, indicó Carlos Navarro, presidente de la junta de las casetas.

Navarro explicó que aunque hace un par de semanas les entregaron los baños, aún no han sido habilitados porque tenían algunos desperfectos y los sanitarios se despegaron.

Aunque aún no hay armonía en el lugar porque algunos vendedores abren sus locales por un lado y los otros por el otro, y no todos tienen carpas, los caseteros aseguraron que esta semana en alianza con una empresa de gaseosas uniformarán el color de las carpas y las mesas y sillas para que esta plazoleta de comidas se vea mucho mejor.