Las obras de la ciclovía y el realineamiento de la avenida Gran Colombia, que van de la glorieta Arnulfo Briceño a la avenida Guaimaral, han cambiado la dinámica comercial y el tránsito peatonal.

Por un lado, los transeúntes y empleados de los comercios de la zona, se quejaron porque en ocasiones es imposible caminar con tranquilidad por allí. Los escombros y huecos, que van dejando los obreros mientras trabajan la ampliación, impiden el paso y obligan al peatón a caminar por la calle. Además, los vendedores ambulantes, que antes tenían un sitio fijo, se agrupan evadiendo el polvo, e impiden el paso a las personas.

Este sector de la ciudad se convirtió en un caos por las obras y la invasión al espacio público.

Por otro lado, los vendedores informales también se pronunciaron y mostraron su preocupación, pues aseguran que han trabajado por años en las aceras de este sector y temen un desalojo, una vez se inaugure la nueva ciclovía.

Los trabajos, que ya avanzan a buen ritmo, estarán listos para julio y los vendedores, en su mayoría mujeres, temen que la decisión que tome la Alcaldía de Cúcuta sea sacarlos de allí, y no lo que ellos esperan, un permiso o reubicación. 

Graciela Rodríguez tiene su puesto informal al frente de Claro. Ella vende desde hace cuatro años agua, gaseosa, solteritas, obleas y minutos. Este ha sido su único trabajo con el que da el sustento a sus hijos.

“Soy madre cabeza de hogar y todos los días hago esto, este es mi trabajo y la verdad no sabemos que vaya a pasar con nosotros, esperamos que nos reubiquen o que nos den un permiso”, dijo la mujer.

Rodríguez asegura que hasta la fecha no ha tenido problema con las autoridades por invadir el espacio público. Incluso, cuando iniciaron las obras solo se ubicó en un sector donde no incomodara la obra para seguir con su trabajo.

La mujer pidió que no la dejaran sin oficio. “No sabemos qué pasará con nosotros, solo esperamos que nos dejen trabajar acá”, indicó.

Al igual que ella, son varias las mujeres que repiten esta situación. Con carritos de pasteles, sombrillas, sillas y una mesa su ubican en los andenes para ofrecer sus productos y recibir el dinero con el que pagan los servicios, el arriendo y con el que hacen mercado para alimentar a sus familias.

El secretario de Gobierno de Cúcuta, Jimmy Cárdenas, señaló que “por instrucciones del alcalde se ha determinado el Plan Recuperemos Nuestro Espacio Público, lo que significa que esta población a través de la oferta instituciones se les propondrá programas como 'Mercado mi barrio', que se lidera a través de la Secretaria de Desarrollo Social y Económico”.

El 'Mercado mi barrio' acoge a los vendedores informales y les permite ir por ciertos días a los diferentes barrios de Cúcuta para que vendan sus productos allí, en una jornada que establecen las autoridades municipales.

Cabe mencionar que el proyecto en la Gran Colombia contempla la pavimentación total de las calles, ampliación de andenes, zonas verdes, instalación de luces led, ciclorutas, accesos y rampas para personas con discapacidad.

El costo de la obra asciende a los $13.500 millones.