De las 18 mil personas que regresaron a Colombia por el cierre fronterizo, solo queda una a la espera de la ayuda del Gobierno. Quizás es el más honrado.

Iván Enrique Bustos Sosa, campesino que fue tratado como contrabandista por la Policía Fiscal y Aduanera por traer 11 vacas, es el último repatriado aún en líos.

Bustos confirmó que su fe es grande y que no ve el día en que pueda volver a tener a sus animales en una finca para pastorearlos y cuidarlos como siempre lo hizo en Ureña (Táchira).

“Hubo un momento en que creí que nadie me iba a escuchar, pero Dios es muy grande y ha puesto a personas que ven mi situación, de que no puedo estar tranquilo sin mis vacas, y hacen fuerza porque las devuelvan”, dijo.

A pesar de que el Director de la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (Ungrd), Carlos Iván Márquez, y el asesor de la canciller María Ángela Holguín, Víctor Bautista, y entidades como el ICA y la Dian, manifestaron el interés de devolver los animales, aún no ocurre. Razones de procesos legales, dicen.

Al ser indagado por la entrega, Bautista dijo estar sorprendido, pues creyó que los animales ya habían sido entregados.

No obstante, las autoridades señalaron que todo está aprobado para la devolución.

Hay que esperar

El director encargado de la Dian, José Mauricio Villán Díaz, aseguró que el 19 de octubre los animales fueron puestos en una segunda cuarentena, como lo ordena el protocolo, para evitar cualquier paso de aftosa al país, pues Venezuela no está libre de la enfermedad.

“Sería para nosotros supremamente grave que llegara al país un caso de aftosa, por eso hemos sido muy estrictos en los exámenes en este caso”, dijo Villán en reciente entrevista.

Este fin de semana, cuando se cerró el último albergue, Márquez dijo que la entrega se hará voluntaria, sin embargo, solo se podrá hacer cuando la Dían done las vacas a la Ungrd.

El caso

Iván Bustos Sosa, natural de El Carmen (Norte de Santander), vivió la tragedia del desplazamiento, primero en Colombia y ahora, que fue deportado.

Cuando intentó internar sus vacas, con el acompañamiento del ICA, fue detenido por la Policía que le quitó, según él, su único patrimonio. Ahora está desempleado. Y desesperado...

Según el campesino, en 1999 fue amenazado él y su familia por la guerrilla, por lo cual fue ayudado por un coronel de la época que sacó a sus parientes en un helicóptero pues estaban cercados por el Eln.

Desde entonces vivía en Venezuela de la venta de leche hasta el cierre fronterizo en agosto pasado.

*La Opinión