Si hoy hubiera una tragedia con más de 15 heridos, el Hospital Universitario Erasmo Meoz (Huem) se vería en apuros para recibirlos y brindarles atención, debido a que su departamento de urgencias  tiene estos días una superpoblación de pacientes, por la crisis migratoria de la ciudad.

Las directivas del principal centro hospitalario de la región se mostraron el martes alarmadas por esta situación, que con el paso de las horas tiende a agudizarse.

 Según los registros, a urgencias llegan diariamente cerca de 150 personas adultas, cuando la capacidad instalada en esa unidad es para 75 personas.

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Lo mismo ocurre en urgencias pediátricas, donde hay capacidad para atender 21 niños y generalmente hay 30.

La situación de colapso se ha incrementado en los últimos años, debido a la llegada de venezolanos que acuden al Huem por cualquier tipo de emergencia que se les presente, y que no son atendidas en los hospitales de las ciudades venezolanas vecinas. Tal es el caso de María Ester, una adolescente que lleva 7 días en una camilla ubicada en un pasillo de urgencias, esperando tratamiento oncológico

“Nosotros vivimos en Santa Bárbara, Valencia, dice una hermana que la acompaña. El mes pasado ella empezó con vómito, la llevaron al médico general y él dijo que la llevaran a un especialista que le diagnosticó   leucemia, entonces nos dijeron que nos viniéramos a Cúcuta porque aquí la atenderían mejor y eso fue lo que hicimos. Aquí la están atendiendo”, afirma

Mientras María Ester y su hermana están en el pasillo, a Lizet Velasco la atiende un médico general en uno de los consultorios.  Su mamá la acompaña y  manifiesta que viven en Ureña, otro poblado cercano a Cúcuta, que la trajo al hospital porque tiene una diarrea de varios días y confía en que aquí se la ayuden. “Allá – en Ureña---- no hay cómo tratarla”, dice la progenitora.

De los 150 pacientes días que llegan a las urgencias del Huem, cerca de  50 son venezolanos que acuden   afectados por una patología o un accidente.  Todos esperan en sillas, o camillas  la valoración médica, la intervención quirúrgica o el tratamiento que les devuelva la salud. Pero, sin quererlo, ellos están asfixiando al primer centro asistencial del Norte de Santander.

Entre 2016 y enero de 2019, la cifra de venezolanos atendidos en el Huem alcanzó los 23.668 pacientes. A esta suma se agregan los partos que en el mismo tiempo llegan a 3.890.   Todos estos servicios sumaron más de 44.900 millones de pesos, de los cuales al hospital sólo ha recibido en pago 5.000 millones de pesos.

“Aquí no se practica la xenofobia, se atiende a todos los que llegan,  esa es la constate que se ha mantenido durante la crisis migratoria de Venezuela, pero en estos momentos la situación es difícil”, aclaró el gerente del hospital, Juan Agustín Ramírez Montoya.

Yeni Peña Guerrero,  líder de servicios ambulatorio aclaró que  la demanda de urgencias-adultos es atendida las 24 horas por 22 médicos generales, 22 enfermeras profesionales, 70 auxiliares más los médicos  especialistas.

“No podemos negar la atención a quienes llegan al hospital, pero por eso es que muchos están en sillas,  en escalerillas y  eso puede verse como un trato poco humanizado, pero es por la misma situación de salud que vive la ciudad y que ha aumentado por la migración de venezolanos.

Agregó, que el gerente hace esfuerzo para superar el colapso de las urgencias de adultos y niños, pero es imposible por las condiciones de la región.

“No sé cómo vamos atender  los dos eventos masivos de este fin de semana, debemos estar preparados para cualquier emergencia porque somos un hospital experto, preparado para estas cosas, pero ya colapsado, no sabemos cómo atender estas eventualidades”, indicó Peña.