Los sesenta minutos que llovió sobre Cúcuta la noche del lunes fueron suficientes para dejar convertidas las calles de la ciudad en verdaderos ríos por los que se hacía imposible la movilidad.

Esto sucede de tiempo atrás, dijo el comandante del Cuerpo de Bomberos de Cúcuta, Carlos Monsalve, cuyos hombres debieron atender decenas de llamadas de autilio.

“Los llamados fueron porque se quedaron atascados en un arroyo, o porque las casas se estaban inundando porque la alcantarilla de aguas lluvias se rebosó. Otros, porque se desplomó un árbol y sus ramas quedaron bloqueando el paso de personas hacia sus viviendas, y hasta por un incendio en medio de la lluvia en Vallesther”, dijo el socorrista.

Sin embargo, la mayor cantidad de llamadas de auxilio fue por inundaciones y deslizamientos de tierra. Esa fue la constante durante la noche del lunes”, dijo el comandante del Cuerpo de Bomberos, quien alertó a las familias que viven en las escarpas  para que busquen zonas seguras para vivir, y evitar el riesgo de una tragedia.

Aunque no se conoció una cifra real, se estima que las inundaciones afectaron a los habitantes de unos cien barrios de la ciudad. Un problema que se evidenció fue que la mayoría de canales y alcantarillas se taponaron por la basura que se arroja a la calle.

“Es un problema de cultura ciudadana que se tiene que superar si queremos que las inundaciones amainen”, dijo Monsalve.

En el balance de las operaciones se contabilizó también el desplome de una docena de árboles.

La Opinión